En la era de la comunicación digital donde la privacidad es tan preciada como vulnerable, WhatsApp, la gigante aplicación de mensajería con más de 2.700 millones de usuarios activos, enfrenta un nuevo escrutinio. A pesar de su robusto cifrado de extremo a extremo diseñado para asegurar la confidencialidad de las conversaciones, se ha descubierto que la app podría estar filtrando información sobre la cantidad de dispositivos que cada usuario emplea.
Este descubrimiento, revelado por el investigador en ciberseguridad Tal Be’ery, pone de manifiesto que, mediante el uso de herramientas de desarrollo de Google Chrome, es posible acceder a datos que revelan cuántos dispositivos utiliza una persona en WhatsApp. Este tipo de información, aunque parece menor, puede ser aprovechado por ciberdelincuentes o acosadores para inferir patrones de comportamiento o, como apunta Harlo Holmes de la Fundación para la Libertad de Prensa, determinar si alguien está en casa o no.
La respuesta de Meta, la empresa matriz de WhatsApp, ante la revelación de estos hallazgos el 9 de enero ha sido contundente: no se trata de un error, sino de una característica inherente al protocolo de cifrado que utilizan. En resumen, no hay planes para modificar la aplicación en respuesta a este descubrimiento.