Por Bruno Cortés
Imagina un país donde cada joven, desde temprana edad, tiene la oportunidad de practicar el deporte que elija, con el respaldo de una infraestructura adecuada y el apoyo necesario para desarrollarse. Esta idea está más cerca de lo que parece, gracias a un conversatorio que reunió a figuras clave del deporte mexicano y legisladores. En este espacio, se discutió la urgente necesidad de reformar la Ley General de Cultura Física y Deporte, una legislación que muchos consideran «obsoleta» y que no cumple con las demandas actuales de los atletas.
La diputada Giselle Arellano Ávila (Morena) fue la encargada de moderar este encuentro titulado “Voces y retos del deporte”. En él, estuvieron presentes campeones de boxeo, jugadores de baloncesto, medallistas olímpicos, exfutbolistas, entrenadores y empresarios, todos con un mensaje claro: el deporte debe ser considerado como una política pública más sólida en México, respaldada por los sectores público y privado.
La diputada Paola Michell Longoria López (MC), quien también es excampeona mundial de raquetbol, dejó claro que uno de los grandes problemas que enfrentan los deportistas es la falta de apoyo institucional. Longoria explicó que, desde 2013, la Ley de Cultura Física y Deporte no ha sido modificada, a pesar de los avances y cambios en la realidad del deporte mexicano. Aseguró que una reforma es urgente, ya que el deporte debe ser tratado no solo como una actividad recreativa, sino como una herramienta de educación, prevención de enfermedades y, sobre todo, de seguridad para la juventud mexicana.
Pero el reto no es solo legal. Los problemas van más allá de los papeles y las leyes. La diputada Amancay González Franco (MC), exatleta de alto rendimiento, destacó que la falta de incentivos, instalaciones deportivas adecuadas y el escaso apoyo a los entrenadores afecta directamente el rendimiento de los atletas. Sin el respaldo necesario, es difícil alcanzar los altos niveles de competencia que México necesita en eventos internacionales.
Otro punto que se tocó durante el conversatorio fue la necesidad de inculcar el deporte desde edades tempranas. Adrián Chávez Ortiz, exportero de la selección nacional de fútbol, comentó que las políticas públicas deben enfocarse en introducir el deporte a los niños y adolescentes para que, al crecer, puedan identificar qué disciplina les interesa y se les brinden las herramientas necesarias para desarrollarse.
En este sentido, el boxeador Alan “Rey David” Picasso celebró la propuesta de la diputada Arellano de crear la Medalla Carlos Bremer, un reconocimiento al sector privado que apoya a los atletas mexicanos. Esto subraya la importancia de que los empresarios se involucren en el deporte, algo que, según Picasso, es fundamental para la sostenibilidad de la carrera de los deportistas.
Gustavo Ayón Aguirre, exjugador de baloncesto, destacó que el apoyo al deporte no debe limitarse a los grandes deportes como el fútbol, que recibe el 90% de los recursos privados. México tiene mucho potencial en disciplinas como el taekwondo, el boxeo o el baloncesto, que, a pesar de no contar con la misma cantidad de apoyo, siguen cosechando éxitos internacionales.
El entrenador de taekwondo, José Luis Onofre, señaló otro gran problema: las federaciones deportivas en México están, en muchos casos, “secuestradas” por sus directivos, lo que dificulta el acceso a una administración transparente y eficiente de los recursos.
Los mensajes fueron contundentes. Si México quiere seguir destacando en el deporte, es necesario un cambio profundo en la ley, en las políticas públicas y en la mentalidad de los responsables de la administración deportiva. Los atletas, entrenadores y empresarios coincidieron en que el deporte es una inversión a largo plazo que beneficia a la sociedad, y que necesita el respaldo de todos los sectores para lograr el éxito.
El reto es claro: transformar el deporte en una verdadera política pública que sirva como motor de cambio social. ¿Estaremos a la altura de esta necesidad?