Por Juan Pablo Ojeda
El consumo de pescado podría jugar un papel crucial en retrasar la progresión de la discapacidad en personas con esclerosis múltiple (EM), según un estudio reciente liderado por expertos del Instituto Karolinska en Suecia. El estudio, publicado en la Journal of Neurology Neurosergury & Psychiatry, aporta evidencia sólida sobre cómo los nutrientes presentes en el pescado podrían beneficiar a quienes padecen esta enfermedad neurodegenerativa.
La esclerosis múltiple afecta a más de 55,000 personas en España, con una prevalencia de 120 casos por cada 100,000 habitantes, según datos de 2020 de Esclerosis Múltiple España. Esta enfermedad crónica, que impacta principalmente el sistema nervioso central, puede generar diversos grados de discapacidad a lo largo de los años.
Propiedades Antiinflamatorias del Pescado y su Rol en la EM
El pescado es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras, debido a los ácidos grasos omega-3, un componente clave en la prevención de daños neuronales. Los investigadores del estudio sueco explican que las propiedades de estos nutrientes podrían ser fundamentales para mejorar el manejo de la EM y ralentizar la progresión de la discapacidad en los pacientes.
Estudio Sueco y Metodología
Para llevar a cabo esta investigación, los expertos analizaron los datos de 2,719 participantes recién diagnosticados con EM en el Estudio de Investigación Epidemiológica de Esclerosis Múltiple (EIMS) de Suecia, un estudio de casos y controles que comenzó en 2005. Los participantes, con una edad promedio de 38 años, fueron reclutados durante una década y se les pidió información sobre su consumo de pescado magro y graso.
Los resultados mostraron que aquellos que consumían más pescado al momento del diagnóstico tenían un 44% menos de probabilidades de experimentar un empeoramiento confirmado de la discapacidad, comparado con quienes no comían pescado o lo consumían en cantidades mínimas. Además, el riesgo de progresar a etapas más graves de discapacidad (EDSS 3 y EDSS 4) fue significativamente menor en este grupo.
Incremento en el Consumo de Pescado y Resultados Positivos
El análisis también mostró que, incluso en los años posteriores al diagnóstico, aquellos que aumentaron su consumo de pescado en los cinco años siguientes presentaron un 20% menos de riesgo de empeoramiento de la discapacidad confirmada. En casos más específicos, aquellos que aumentaron significativamente su ingesta de pescado (de baja a alta frecuencia) tuvieron una reducción del 59% en el riesgo de progresión de la discapacidad.
Factores Adicionales
Los resultados del estudio fueron consistentes incluso al considerar factores como actividad física, índice de masa corporal (IMC), tabaquismo, consumo de alcohol y exposición al sol. El ajuste por niveles de vitamina D también mostró que los beneficios observados con el consumo de pescado eran independientes de estos factores.
Conclusiones
El estudio subraya la importancia de la dieta, específicamente el consumo de pescado, en la gestión de la esclerosis múltiple. Si bien se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos, los resultados ofrecen un rayo de esperanza para los pacientes que buscan formas de mejorar su calidad de vida y retrasar la progresión de la enfermedad a través de cambios en su alimentación.