El ahuautle es el huevo de la chinche de agua, llamada axayácatl, y se considera el ‘caviar mexicano’. A pesar de que se consume desde la época prehispánica, su existencia actualmente se ve amenazada por la falta de lagos, trabajadores que se dediquen a su recolección y personas que aprecien su inigualable sabor.
Su nombre proviene de los vocablos en náhuatl atl y huautli que significa amaranto de agua, llamado así debido a su gran parecido con dicho grano.
Se dice que se utilizaban cada 52 años en ceremonias dedicadas al dios del fuego (Xiuhtecuhtli) y era presentado todas las mañanas en la mesa de los emperadores, como Moctezuma, a quienes les gustaba comerlos recién salidos del lago.
Tanto el ahuautle como el axayácatl son alimentos que poseen un alto contenido proteínico de hasta el 80% y no contienen grasa. Sin embargo, son pocas las personas que están acostumbradas a consumirlos y la mayoría de ellos son mayores.
Para recolectarlos se necesita colocar ramas de pino dentro del lago de Texcoco, poco antes de que comience la temporada de lluvias. Se esperan entre 10 y 15 días para que el insecto deje allí sus huevos, posteriormente se desprenden con una manta y se dejan secar por varios días.
El ahuautle todavía se vende en mercados de la capital del país como el de San Juan de Letrán o La Merced y se puede preparar a manera de tortitas con flor de calabaza, calabacitas y salsa pasilla o mole rojo, en tamales y mixiotes.
Algunas personas recurren a varios puntos de la zona oriente de la Ciudad de México para adquirirlo, entre ellos, Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco, Mixquic, Tulyehualco, e incluso Tlaltengo, Santiago Zapotitlán, San Lorenzo y Culhuacán.
Debido a su escasez, un kilo de ahuautle cuesta alrededor de 400 pesos (20 dólares) y en algunos casos se tiene que anticipar el pedido por algunas semanas. La temporada para comerlo es a partir del mes de julio y concluye en octubre.
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