Lo que comenzó como una noche de diversión entre amigas, terminó en una tragedia que ha conmocionado a la Ciudad de México. Ivón Maricela López Rosendo, de 31 años, fue reportada como desaparecida el pasado 30 de marzo en la alcaldía Coyoacán, y cinco días después su cuerpo fue hallado en Jojutla, Morelos, en avanzado estado de descomposición.
Según el testimonio de sus familiares, Ivón salió esa tarde con la intención de reunirse con amigas en un puesto de micheladas ubicado en la colonia Pedregal de Santo Domingo. Ahí conoció a dos mujeres desconocidas que la convencieron de seguir la fiesta en un domicilio cercano. Ese fue el último momento en que se le vio con vida.
Las cámaras de seguridad captaron el instante en que Ivón ingresó a la vivienda. Sin embargo, nunca salió. Afuera quedó su moto eléctrica, intacta, como un silencioso testigo de lo que sería su última parada.
El 3 de abril, las autoridades encontraron su cuerpo en Morelos, lejos del lugar donde fue vista por última vez. El caso tomó un giro sombrío con la identificación de Agustín, residente del domicilio donde Ivón fue captada por última vez, como el principal sospechoso del crimen. Además, dos mujeres han sido detenidas por su presunta participación en el feminicidio.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México continúa con las investigaciones para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Mientras tanto, la familia de Ivón exige verdad, justicia y que este caso no se sume a la larga lista de feminicidios impunes en el país.
Ivón Maricela no volvió a casa. Su historia, tristemente, es reflejo del grave problema de violencia contra las mujeres en México. Hoy, su nombre se suma al clamor de miles que exigen un alto al feminicidio.