El Callejón del Diablo, ubicado en el corazón de la colonia Mixcoac en la Ciudad de México, es un lugar que ha cautivado la imaginación de los habitantes de la ciudad con su misteriosa leyenda.
Este angosto callejón, que en el pasado estaba lleno de árboles, es ahora un lugar solitario y lúgubre que ha sido el escenario de numerosas historias de encuentros sobrenaturales.
La leyenda más conocida del Callejón del Diablo cuenta la historia de un hombre incrédulo que, desafiando los rumores de la presencia del diablo en el callejón, se encontró cara a cara con el maligno ser.
Otra versión de la leyenda narra que el diablo se le apareció a un hombre en estado de ebriedad que rondaba el callejón después de la medianoche.
Además de estas historias, hay relatos de sombras sospechosas y ruidos extraños que se escuchan en la noche, y de personas que sienten una presencia que los persigue o los observa.
Algunos incluso cuentan la historia de «El Julio», un usurero y estafador que un día apareció muerto y desmembrado en el callejón, supuestamente obra del diablo.
A pesar de su reputación sombría, el Callejón del Diablo es un lugar de interés histórico y cultural. Se encuentra en Mixcoac, un barrio que lleva el nombre de un antiguo asentamiento a las orillas del Lago de Texcoco, y que ha sido el hogar de numerosos ranchos y haciendas desde la época de la conquista española.
Hoy en día, el Callejón del Diablo atrae a los amantes de lo paranormal y a aquellos interesados en las leyendas y la historia de la Ciudad de México. Sin embargo, aquellos que deciden visitarlo, especialmente después de la puesta del sol, deben estar preparados para la posibilidad de un encuentro con lo desconocido.