Ciudad de México, 21 de noviembre de 2023 – Un estudio reciente de Oxfam y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI) revela una desigualdad alarmante en las emisiones de gases de efecto invernadero: el 1% más acaudalado de la población mundial es responsable de la misma cantidad de emisiones que los dos tercios más pobres del planeta, compuestos por 5 mil millones de personas. Este hallazgo pone de manifiesto las disparidades en la contribución a la crisis climática global.
En 2019, el 1% más rico, conformado por aproximadamente 77 millones de personas, fue responsable del 16% del total de emisiones globales, superando incluso las emisiones generadas por todos los vehículos y transporte por carretera. Según Oxfam, el consumo personal de los superricos se ve eclipsado por las emisiones resultantes de sus inversiones en empresas contaminantes, representando entre el 50 y el 70% de su impacto total.
El análisis realizado en 2022 sobre 125 multimillonarios arrojó que cada uno emite, en promedio, 3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) anualmente a través de sus inversiones, una cifra más de un millón de veces superior al promedio de una persona del 90% más pobre de la humanidad. Destaca el hecho de que, de estos multimillonarios, solo uno invirtió en una empresa de energía renovable, y la proporción de sus inversiones en industrias contaminantes fue el doble que la del inversor promedio.
Para limitar el calentamiento global a largo plazo a 1.5°C, es necesario reducir las emisiones globales en un 48% para 2030, en comparación con los niveles de 2019. Sin embargo, el 1% más rico duplicó sus emisiones de CO2 entre 2000 y 2019, mientras que el 99% restante las redujo en un 30%.
Proyecciones del SEI y Oxfam indican que, de continuar la tendencia actual, para 2030, las emisiones per cápita de los superricos serán 22 veces mayores que el nivel compatible con el objetivo de 1.5°C. En contraste, las emisiones de la mitad más pobre de la población mundial permanecerán en una quinta parte del nivel compatible con la misma meta.
En México, el 1% más rico contaminó más que el 80% del país durante el año de estudio. Alexandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México, resalta la importancia de comprender que la crisis climática y la desigualdad son un solo problema. Propone un impuesto al 1% más rico como una medida fundamental para mitigar la crisis actual y reducir las emisiones de CO2.
Oxfam estima que gravar los ingresos del 1% más rico a una tasa del 60% no solo reduciría las emisiones, sino que también generaría 6.4 mil millones de dólares anuales. Estos fondos podrían destinarse a financiar la transición hacia energías renovables y abandonar los combustibles fósiles. Además, la organización aboga por anteponer el bienestar de la población y el planeta frente a la búsqueda de beneficios y el crecimiento del PIB como indicador del progreso.
Amitabh Behar, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional, señala que es esencial poner fin a la era de la riqueza extrema para abordar eficazmente la crisis climática y la desigualdad. Gravar la riqueza extrema, según Behar, aumenta las posibilidades de combatir estos problemas globales.