Efraín Juárez ha vuelto a casa. El exjugador de Pumas, quien alcanzó la gloria con el club como campeón en el Clausura 2009, aterrizó en Ciudad de México este 1 de marzo para tomar las riendas del equipo felino como nuevo director técnico. Con un mensaje claro y cargado de emoción, Juárez prometió que la afición se sentirá plenamente representada durante su gestión y reafirmó su convicción de que Pumas es, sin duda alguna, uno de los clubes más grandes de la Liga MX.

En sus primeras declaraciones, Juárez subrayó que, a pesar de los cuestionamientos sobre la grandeza del club, el ADN de Pumas siempre ha sido uno de exigencia, trabajo y resultados. «Si un club como Pumas no gana, esté quien esté, es exigencia, por eso es la grandeza de este club», señaló con firmeza. En este sentido, aseguró que su compromiso es devolverle al equipo la garra y el espíritu que siempre ha caracterizado a los universitarios. «Van a sentirse representados con lo que es Pumas, esa garra, ese espíritu, esa garra puma. Eso sí lo puedo prometer», añadió.

El proceso de su llegada a Pumas no fue sencillo. Aunque Juárez tenía otros objetivos y propuestas en mente, el llamado de su «casa», como él mismo la define, fue algo que no pudo rechazar. «Es mi casa, me da mucha ilusión poder aportar mi granito de arena a esta institución. Amo Pumas, siempre lo he dicho, le tengo un profundo agradecimiento», comentó sobre su regreso al club que lo vio debutar en la Primera División. Con esta afirmación, dejó claro que no dudó ni un segundo en aceptar la oferta de Pumas, a pesar de las opciones que tenía en otros lugares.

Durante su etapa como futbolista, Efraín Juárez no solo brilló con Pumas, sino que también logró dar el salto a la selección nacional, siendo parte del equipo que participó en el Mundial de Sudáfrica 2010 bajo la dirección de Javier Aguirre. Además, su carrera lo llevó a Europa, donde militó en el Celtic de Escocia. Después de casi 15 años de haberse marchado, Juárez regresa a Ciudad Universitaria con el reto de devolverle la grandeza al equipo y mantener a Pumas en los primeros planos del fútbol mexicano.

Para Juárez, este regreso no es solo una oportunidad de liderazgo, sino también un acto de gratitud y amor hacia el club que lo formó. “Cuando la casa te llama no le puedes decir que no”, concluyó.