Por Juan Pablo Ojeda
El Gobierno de Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, ha anunciado una drástica reducción en los programas de cooperación internacional, con un recorte del 92 por ciento, lo que equivale a casi 60 mil millones de dólares. La decisión, tomada por el Departamento de Estado, se enmarca en la agenda «América Primero» (America First), una política impulsada por Trump desde el inicio de su administración.
El Departamento de Estado, en un comunicado, explicó que la cifra de recorte surgió tras un proceso liderado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid). Según el comunicado, se identificaron cerca de 5,800 contratos pendientes, que sumaban un valor total de 54 mil millones de dólares, los cuales fueron eliminados como parte de esta reestructuración. Además, el gobierno de Trump ha ordenado la cancelación de aproximadamente un 28% de las subvenciones en curso, lo que representa una pérdida adicional de 4,400 millones de dólares.
La Usaid, principal agencia encargada de la cooperación internacional estadounidense, ha sido uno de los objetivos prioritarios de estos recortes. De hecho, Elon Musk, magnate de la tecnología, lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina creada para revisar y reducir el gasto público, en particular en programas internacionales. Como parte de estos ajustes, aproximadamente dos mil empleados de la Usaid fueron despedidos el pasado domingo, y miles más han sido colocados en baja administrativa.
En medio de esta serie de recortes, el Tribunal Supremo de Estados Unidos también intervino en un conflicto relacionado con la ayuda exterior. El miércoles por la noche, la Corte Suprema suspendió una orden que obligaba al Gobierno de Trump a reanudar el pago de 2 mil millones de dólares en ayuda exterior antes de la medianoche. La decisión, tomada por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, es de carácter temporal y otorga tiempo adicional para resolver el asunto en la corte.
Impacto de los Recortes
Este recorte de casi 60 mil millones de dólares en programas de cooperación internacional refleja la orientación aislacionista de la política exterior de Trump, que prioriza los intereses nacionales de Estados Unidos por encima de los compromisos internacionales. A pesar de las críticas de los opositores y de organizaciones internacionales que ven en estos recortes un debilitamiento de la influencia global de EE. UU., la administración Trump mantiene su postura de que estos ajustes son necesarios para reforzar la economía interna y fortalecer la seguridad nacional.
Por otro lado, la decisión ha tenido un impacto inmediato en la estructura de la Usaid, una agencia que históricamente ha sido clave en la promoción de la democracia, el desarrollo económico y la ayuda humanitaria en diversas regiones del mundo. Con la reducción de su presupuesto y personal, se espera que muchos proyectos de cooperación se vean comprometidos, afectando tanto a los países beneficiarios como a los aliados estratégicos de Estados Unidos.
