Por Jua Pablo Ojeda
El Gobierno de Donald Trump intensifica su postura sobre la inmigración al emitir un memorando que ordena la investigación y posible procesamiento de funcionarios locales que no cumplan con las directrices federales en temas migratorios. El Departamento de Justicia de Estados Unidos, a través de un documento firmado por el vicefiscal general en funciones, Emil Bove, ha dado instrucciones claras para que las autoridades federales investiguen casos de desobedecimiento de las leyes migratorias, particularmente en ciudades que operan bajo lo que se conoce como “leyes santuario”.
El memorando, que ha circulado entre los funcionarios del Departamento de Justicia y fue publicado este miércoles por diversos medios estadounidenses, subraya que la ley federal prohíbe que los gobiernos estatales y locales obstruyan o desobedezcan las órdenes legales relacionadas con la inmigración. En este contexto, se señala que las oficinas de los fiscales federales y las divisiones legales del Departamento de Justicia tomarán medidas para investigar cualquier incidente de incumplimiento, con la posibilidad de iniciar procedimientos penales si es necesario.
El foco principal de esta medida está en las llamadas “ciudades santuario”, un conjunto de municipios, entre ellos varios de los más grandes del país, que han adoptado políticas que limitan la cooperación con las autoridades federales en temas de inmigración. En estos lugares, se han establecido protocolos que impiden la colaboración directa con la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), lo que ha generado tensiones con el gobierno federal, especialmente bajo la administración de Trump.
La estrategia migratoria de Trump se ha centrado fuertemente en la seguridad fronteriza, la implementación de deportaciones masivas y el endurecimiento de las leyes que regulan la entrada y permanencia de inmigrantes en el país. En línea con esta agenda, el memorando también instruye a los fiscales federales a emprender acciones legales contra las leyes santuario que impiden la cooperación entre autoridades locales y federales en la lucha contra la inmigración ilegal.
Este desarrollo llega en un momento clave, ya que el Gobierno de EE.UU. también ha anunciado recientemente que pondrá fin a las políticas que protegen a lugares considerados «sensibles», como escuelas, iglesias y tribunales, en los cuales los agentes migratorios estaban prohibidos de realizar detenciones. Esta medida, que Trump había intentado implementar durante su primer mandato, ahora parece ser una prioridad en su segundo período presidencial, reflejando su firme postura sobre el control de la inmigración.
La administración de Trump continúa buscando medidas más estrictas para abordar el flujo migratorio y garantizar la seguridad fronteriza, lo que se perfila como uno de los temas más relevantes para los próximos años en la política estadounidense.