Por Juan Pablo Ojeda
El gobierno de Estados Unidos ha confirmado el despliegue de hasta 1.500 soldados en servicio activo en la frontera sur, como parte de las medidas adoptadas para reforzar la seguridad migratoria, bajo las órdenes del presidente Donald Trump. La noticia, revelada este miércoles a The Associated Press (AP) por funcionarios estadounidenses que pidieron permanecer en anonimato, refleja el continuo enfoque de la administración republicana en el control de la inmigración y la lucha contra el cruce ilegal de personas.
El despliegue de tropas es un paso significativo dentro de las políticas de Trump para endurecer las fronteras del país, especialmente en su primer año de gobierno. El Secretario de Defensa en funciones, Robert Salesses, firmará las órdenes de despliegue este mismo miércoles, aunque los detalles precisos sobre las unidades que se enviarán aún están siendo definidos. Según fuentes cercanas a la situación, el número final de soldados podría variar, aunque el objetivo principal es dar un refuerzo a la seguridad en los puntos más vulnerables de la frontera sur de EE.UU., que incluye los estados de Texas, California y Arizona, entre otros.
Este despliegue responde directamente a las estrategias del presidente Trump para impedir la inmigración ilegal y mejorar la seguridad interna del país, una prioridad para la administración republicana desde su inicio. Además, se alinea con las iniciativas que buscan contener el flujo de migrantes de América Central y otros países que intentan llegar a EE.UU. por la frontera sur.
El envío de tropas también responde a las críticas de la oposición, que cuestiona la efectividad de la militarización de la frontera y los costos asociados con estos esfuerzos. Sin embargo, para la Casa Blanca, esta medida es vista como un paso necesario para garantizar la seguridad nacional y reforzar las políticas migratorias implementadas por la administración.