EE.UU. amplía aranceles al acero y aluminio e incluirá el cobre

El gobierno de Estados Unidos confirmó que seguirá adelante con la imposición del 25% de aranceles sobre el acero y el aluminio importado, y ahora planea sumar el cobre a la lista de productos con restricciones comerciales. La medida, anunciada por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, refuerza la estrategia del expresidente Donald Trump para fortalecer la industria nacional, argumentando razones de seguridad nacional.

 

Lutnick señaló que la decisión es irreversible hasta que el país logre una capacidad de producción interna suficiente. Además, adelantó que Trump ha solicitado investigar la viabilidad de imponer aranceles al cobre mediante la Sección 232, la misma que sirvió de base para los impuestos al acero y al aluminio. Esto podría desatar nuevas tensiones comerciales con México y Canadá, principales exportadores de estos metales a EE.UU.

 

Mientras tanto, el secretario de Comercio se reunirá con el primer ministro de Ontario, Doug Ford, para tratar de «bajar la temperatura» en las relaciones bilaterales con Canadá. Sin embargo, dejó en claro que las negociaciones formales sobre comercio esperarán hasta que Mark Carney asuma el cargo como primer ministro canadiense. Esta postura sugiere que, por ahora, los aranceles permanecerán sin cambios y podrían endurecerse con la inclusión del cobre.

 

El impacto de esta medida no solo afectará a la industria metalúrgica canadiense y mexicana, sino que también podría tener repercusiones en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Empresas del sector manufacturero, de construcción y tecnología en América del Norte han advertido sobre posibles aumentos en los costos de producción y una reducción en la competitividad de sus productos en el mercado internacional.

 

Por su parte, el gobierno mexicano aún no ha emitido una postura oficial ante esta ampliación de aranceles, pero expertos en comercio exterior señalan que podría haber represalias comerciales si las restricciones impactan negativamente en la economía del país. En 2018, cuando Trump impuso medidas similares, México respondió con aranceles a productos estadounidenses como carne de cerdo, manzanas y queso, en un intento por equilibrar la balanza comercial.

 

Con la posible inclusión del cobre en la lista de productos gravados, la incertidumbre sobre el comercio en América del Norte sigue creciendo. En los próximos meses, la reacción de México y Canadá será clave para definir si estas medidas desatan una nueva guerra comercial en la región.

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