CDMX a 10 de junio, 2024.- En un compromiso renovado hacia los derechos de la niñez, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) ha tomado pasos significativos para garantizar la educación y alimentación de los niños y adolescentes en la Sierra Tarahumara. A través del Programa de Apoyo a la Educación Indígena (PAEI), se han implementado 104 Casas y Comedores Escolares de la Niñez Indígena y 32 Casas y Comedores Comunitarios del Estudiante Indígena, beneficiando a un total de 8,715 jóvenes indígenas.
Este esfuerzo se enmarca en la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha enfatizado el principio de «Por el bien de todos, primero los pobres, los más humildes y olvidados, en especial los pueblos indígenas». En este sentido, se ha destinado un presupuesto de 96 millones, 440 mil, 460 pesos para mejorar la infraestructura y servicios en comunidades como El Hormiguero, Santa Anita, San José de los Reyes, Choréachi, y Ranchería Tenoriba.
Uno de los proyectos destacados es la construcción de la Casa Escolar de la Niñez Indígena «Prudencio Ramos Ramos» en Choréachi, que con una inversión de 30 millones, 92 mil pesos, proporcionará hospedaje y alimentación a 80 niños de aproximadamente 52 localidades cercanas. Esta iniciativa no solo busca mejorar la calidad de vida de los niños, sino también combatir la desnutrición infantil y fortalecer la comunidad educativa en la región.
La construcción de este centro es un reflejo de un ejercicio de planeación participativa que dialoga con las comunidades sin imponer visiones externas. Además, la región de Chihuahua, siendo pionera en este tipo de iniciativas desde 1964, continúa liderando en esfuerzos de justicia y dignidad para los pueblos indígenas.
En paralelo, el gobierno mexicano responde a recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) relacionadas con violaciones a derechos humanos identificadas en 2023, tras la trágica pérdida de siete niños por desnutrición en la comunidad de Choreíachi.
Este enfoque integral muestra un camino prometedor hacia la reconstrucción de la justicia y la dignidad para los pueblos indígenas de la Sierra Tarahumara, garantizando que los jóvenes no solo sobrevivan sino que prosperen en un ambiente que respeta y celebra su herencia cultural.