Por Bruno Cortés
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, han respondido con determinación a la orden ejecutiva del expresidente estadounidense Donald Trump que impone aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas. En un mensaje a través de la red social X, Ebrard calificó la medida como una «flagrante violación» del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y aseguró que el Gobierno mexicano ya está ejecutando un «plan B» para defender los intereses nacionales.
«Plan B en curso. A cerrar filas. ¡¡¡Venceremos!!!», proclamó el titular de Economía mientras salía del Palacio Nacional. Ebrard destacó la templanza y firmeza de Sheinbaum frente a la situación, subrayando que el Gobierno no cederá ante presiones externas.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó su postura de defensa de la soberanía nacional, asegurando que «nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho». En un mensaje contundente, Sheinbaum rechazó la acusación sin pruebas de la Casa Blanca que vincula al Gobierno de México con organizaciones criminales. «Si en algún lugar existe tal alianza, es en las armerías de los Estados Unidos que venden armas de alto poder a estos grupos criminales», señaló la mandataria.
El Gobierno mexicano ha tomado medidas arancelarias y no arancelarias para contrarrestar el impacto de la decisión de Trump, demostrando una estrategia bien planificada para proteger la economía del país. La orden ejecutiva estadounidense, que también afecta a Canadá y China, será efectiva a partir del próximo martes, según anunció la Casa Blanca.
Ebrard reiteró que la imposición de aranceles representa un «tiro en el pie» para la economía estadounidense, ya que perjudica a empresas y consumidores de ambos lados de la frontera. Además, reafirmó el compromiso del Gobierno de México con el libre comercio y con el cumplimiento del T-MEC, destacando que dicho tratado ha sido «el mejor de los últimos años» para las tres naciones.
El Gobierno de Sheinbaum ha dejado claro que no aceptará medidas unilaterales que afecten la economía nacional ni acusaciones infundadas que busquen debilitar la relación bilateral. La respuesta firme y coordinada de las autoridades mexicanas demuestra un liderazgo fuerte y un compromiso con la defensa de la soberanía y el bienestar del país.