En una entrevista exclusiva con Infobae México, Dulce María Sauri, expresidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no se quedó callada ante las recientes acusaciones de Alejandro Alito Moreno Cárdenas, actual presidente del PRI, quien insinuó la posible expulsión de los expresidentes críticos con su gestión, incluyendo a Sauri por su dirigencia durante la derrota del PRI en el año 2000.
Tras la XXIV Asamblea Nacional del PRI, donde Moreno Cárdenas lanzó dichas acusaciones, Sauri respondió contundentemente pidiendo al actual dirigente que concluya su presidencia y permita al partido reconstruirse. «¡Concluye tu presidencia y deja al partido! Dale oportunidad de reconstruirse al PRI», expresó la también exgobernadora de Yucatán.
En referencia a las críticas sobre su permanencia en la dirigencia después de la derrota electoral, Sauri defendió su gestión destacando que su continuación permitió organizar una reestructuración interna crucial, incluyendo una Asamblea Nacional y una elección interna que eventualmente llevó al liderazgo de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo.
«Yo no me voy del PRI», afirmó Sauri, desafiando las amenazas de expulsión. Expresó su compromiso con el partido y su deseo de que el PRI recupere su orgullo y fortaleza bajo un liderazgo que, según ella, debe estar más abierto a la inclusión de nuevas voces y estrategias.
Además, Sauri lamentó la falta de autocrítica y la ausencia de invitaciones para participar activamente en las campañas del partido, especialmente durante la reciente contienda presidencial donde el PRI estuvo notablemente ausente en su estado natal, Yucatán.
En cuanto al futuro del partido y las críticas internas, Sauri señaló dos caminos posibles: la recuperación de la voz crítica dentro del PRI y la vía legal para impugnar los resultados de la reciente Asamblea Nacional. Confía en que las instancias judiciales actuarán en consecuencia, potencialmente anulando los resultados y forzando nuevas elecciones que podrían poner en riesgo el liderazgo de Alito Moreno.
La voz de Dulce María Sauri representa una corriente crítica dentro del PRI, subrayando la necesidad de un debate interno genuino y una renovación efectiva para un partido que se acerca a su centenario, enfrentando desafíos significativos en su camino hacia la recuperación y relevancia política.