CDMX a 17 de septiembre, 2024.- La expresidenta nacional del PRI, Dulce María Sauri, ha dejado clara su postura respecto a la actual situación interna del partido tricolor, afirmando que Alejandro «Alito» Moreno ya no funge como su presidente. Este comentario surge tras la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de no validar las reformas a los estatutos del partido, las cuales permitieron que el campechano se reeligiera en el cargo.
En una entrevista con El Universal, Sauri subrayó que la dirigencia de «Alito» Moreno finalizó el pasado 29 de agosto de 2024, dejando al PRI sin una dirigencia nacional formal. Ante esta situación, la exgobernadora de Yucatán realizó un llamado al Consejo Nacional del PRI para que convoque la elección de una dirigencia provisional, encargada de llevar adelante el proceso de elecciones para la nueva dirigencia del partido.
Dulce María Sauri fue contundente al insistir en que el periodo estatutario de Moreno ha concluido, y aunque él puede recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para resolver el conflicto derivado de la decisión del INE, no podrá firmar documentos oficiales como representante del PRI. “Mientras no firme un documento con repercusión legal, no pueden acusarlo de usurpación, pero el PRI formalmente no tiene dirigencia nacional”, declaró Sauri.
Esta declaración ha generado revuelo dentro del PRI, ya que el futuro del partido parece estar en manos de una dirigencia provisional que, según Sauri, debe ser elegida en un plazo de 10 días para asegurar el funcionamiento del partido. La incertidumbre que rodea a la figura de «Alito» Moreno, y su posición como senador, pone en una encrucijada al PRI en un momento crucial para la política mexicana.
La falta de una dirigencia clara en el PRI ha traído consigo una crisis de liderazgo en el partido, que, según Sauri, no puede seguir funcionando sin una figura legítima al mando. La necesidad de convocar a elecciones para una nueva dirigencia se vuelve prioritaria, ya que el partido debe enfrentar varios retos de cara al futuro político del país.
Alejandro Moreno, quien ha sido una figura polémica dentro del partido, enfrenta una oposición interna que podría mermar su influencia en la toma de decisiones del PRI. Si bien puede intentar defender su reelección a través de los tribunales, su papel dentro del partido parece cada vez más incierto.
Sauri ha sido clara en su mensaje: el PRI no puede seguir en esta situación indefinida. La convocatoria para elegir una dirigencia provisional debe suceder cuanto antes para garantizar que el partido tenga una base sólida con miras al futuro. La falta de liderazgo podría afectar gravemente la capacidad del PRI de consolidarse como una fuerza política relevante en México.
El Consejo Nacional del PRI ahora tiene la responsabilidad de nombrar a una dirigencia provisional que pueda asumir las riendas del partido en este momento crítico. De no hacerlo, el PRI podría quedar en un limbo político que comprometería su participación en los próximos procesos electorales.
Dulce María Sauri ha subrayado la importancia de que el proceso de transición de liderazgo sea llevado a cabo de manera transparente y con urgencia. “No podemos permitir que el PRI siga sin una dirigencia nacional legítima”, enfatizó la priista.