3 de octubre del 2023.-Un avance revolucionario está cambiando la forma en que abordamos la vigilancia y el control de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, el zika y la chikungunya. El uso de drones se ha convertido en una herramienta fundamental en esta lucha, según los resultados de un proyecto de investigación liderado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Secretaría de Salud, en colaboración con diversas instituciones académicas y de salud.
Los hallazgos de este proyecto, que ha sido desarrollado durante casi cinco años, se han publicado en el artículo titulado «Mapping the urban environments of Aedes aegypti using drone technology,» el cual fue publicado el 15 de septiembre en la revista Drones por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI), con sede en Suiza.
El uso de drones en este contexto ha demostrado ser altamente eficiente. Según Rogelio Danis Lozano, director del Centro Regional de Investigación en Salud Pública (Crisp) del INSP y coautor del artículo, un dron puede recopilar información esencial de un área determinada en tan solo 20 minutos, mientras que las encuestas en campo podrían llevar de dos a tres semanas.
Este enfoque innovador se originó en la década de 1990, cuando se utilizaban imágenes de satélite para identificar los lugares de reproducción de los vectores del paludismo en áreas rurales. Sin embargo, el dengue y otras enfermedades similares son predominantemente urbanas, y los drones ofrecen una forma más oportuna de recopilar información sobre el entorno urbano.
Kenia Mayela Valdez Delgado, jefa del Departamento de Sistemas de Salud del Crisp y autora principal del artículo, destacó las ventajas de los drones sobre la tecnología satelital. Los drones pueden utilizarse en cualquier momento del día y ofrecen una mayor resolución espacial. Además, toman imágenes alrededor del mediodía, cuando la sombra de los objetos no distorsiona sus características reales, lo que resulta fundamental para comprender los entornos urbanos y domiciliarios.
La tecnología de los drones no solo beneficia la lucha contra enfermedades como el dengue, sino que también se muestra prometedora en la comprensión de la dinámica de transmisión de otras enfermedades transmitidas por vectores, como la rickettsiosis y la enfermedad de Chagas.
Este proyecto también está integrando la información recopilada por los drones en el Sistema Integral de Monitoreo de Vectores (SIMV), una plataforma informática desarrollada en 2009 en colaboración entre el INSP y Cenaprece. Además, se están desarrollando algoritmos en colaboración con el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) para generar mapas que identifiquen áreas de riesgo.
En resumen, el uso de drones está revolucionando la forma en que monitoreamos y controlamos enfermedades transmitidas por vectores en entornos urbanos. Esta tecnología no solo es más rápida que los métodos tradicionales, sino que también ofrece una visión más detallada de los entornos afectados, lo que es crucial para diseñar estrategias efectivas de prevención y control. La participación comunitaria se considera esencial en este esfuerzo conjunto para garantizar la salud pública y combatir estas enfermedades de manera más eficaz.