En la era digital, la privacidad se ha convertido en una moneda de cambio, donde un clic puede significar la diferencia entre la seguridad y la vulnerabilidad. El fenómeno del doxing se levanta como una amenaza creciente, colocando a individuos, tanto públicos como privados, en la mira de un enemigo a menudo invisible y sin rostro.
El doxing, derivado del inglés «dropping dox», es un método por el cual se recopila y se publica información personal de individuos en internet, sin su aprobación, buscando intimidar, atacar o exponer públicamente a la víctima. Esta práctica se ha cobrado la tranquilidad de miles, incluyendo figuras de la talla de Joe Biden y Donald Trump.
A simple vista, podría parecer que el doxing es un problema lejano, reservado para celebridades y políticos; sin embargo, la realidad es que cualquier persona con presencia en línea es susceptible. El doxing no discrimina y se alimenta de la negligencia y la ignorancia sobre las medidas de seguridad en línea.
El impacto de esta práctica es profundamente humano y psicológico. Las víctimas se encuentran de repente en un estado de vulnerabilidad y exposición, llevando en ocasiones a casos de acoso, amenazas y temor por la seguridad personal y familiar.
En México, la respuesta ante el doxing es todavía incipiente. La falta de un plan de acción y legislación específica deja a los ciudadanos en un limbo de protección, a pesar de que organismos como la CONDUSEF advierten que la mayoría de las organizaciones no están preparadas para responder a ciberataques.
Protegerse del doxing requiere de una actitud proactiva:
Privacidad Digital: Revisa y ajusta las configuraciones de privacidad de tus redes sociales.
Información Personal: Sé cauteloso al compartir información como dirección, fecha de nacimiento o datos financieros en línea.
Educación: Infórmate sobre las mejores prácticas de seguridad en internet y actualiza tus conocimientos regularmente.
El doxing es un recordatorio constante de que en la red, la información es poder, y en manos equivocadas, puede convertirse en un arma. Es crucial educar y preparar a los usuarios para defender su privacidad en este campo de batalla invisible.