CDMX a 20 de septiembre, 2024.- La Cuarta Transformación sigue avanzando en su agenda de seguridad. Con 362 votos a favor, 133 en contra y sin abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma que adscribirá la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta decisión, respaldada por Morena y sus aliados, otorga un nuevo marco legal para que la Guardia Nacional opere bajo el mando del Ejército, un cambio que ha generado tensiones políticas y fuertes debates entre los partidos.
La reforma fue turnada al Senado de la República para su discusión y eventual aprobación. En el Congreso, la oposición, encabezada por el PAN, no dudó en criticar el desempeño de la Guardia Nacional durante los últimos cinco años. El diputado Fernando Torres señaló que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador podría cerrar con 200 mil homicidios dolosos, acusando a Morena de no haber logrado disminuir la violencia en el país. «Este sexenio será recordado como el sexenio de la muerte», afirmó Torres.
Por su parte, los legisladores de Morena defendieron la reforma, destacando que la militarización de la Guardia Nacional permitirá fortalecer su capacidad operativa y enfrentar la inseguridad de manera más efectiva. La diputada Antares Vásquez, de Morena, provocó revuelo al referirse a la oposición como una «minoría descalificada», en tono desafiante.
El debate no solo ha estado marcado por la polarización política, sino también por la discusión sobre los efectos que este cambio podría tener en los derechos humanos y el futuro de las fuerzas de seguridad pública en México. La reforma también incluye la concesión de fuero militar a los elementos de la Guardia Nacional, lo que ha generado preocupaciones entre diversas organizaciones.
A pesar de la resistencia de la oposición, la aprobación en lo general de esta reforma representa un triunfo para la agenda de seguridad del gobierno de la Cuarta Transformación, que ha argumentado la necesidad de una Guardia Nacional más robusta y con facultades ampliadas bajo el mando de la Sedena.
Con la aprobación en la Cámara de Diputados, el dictamen ahora deberá pasar al Senado, donde se espera que continúen las discusiones y se presenten nuevas reservas y propuestas.