Por Berenice Pérez
Tras la sesión del Congreso del Estado de México donde se aprobó la Reforma Judicial, la diputada Paola Jiménez del PRI denunció haber sido víctima de intentos de coacción para votar en contra de la minuta. Ante esta situación, la legisladora decidió separarse de la bancada priista.
Jiménez explicó que, pese a las indicaciones de las dirigencias estatal y nacional de su partido, decidió abstenerse de votar la reforma. Esto derivó en su expulsión unánime del grupo parlamentario. En una entrevista para El Universal, la diputada declaró que se intentó forzar su voto en contra bajo presión de las dirigencias, aunque manifestó su deseo de reflexionar y abrir el debate.
«Quisieron coaccionar mi voto, imponer una postura, y yo no lo acepté», señaló Jiménez. A lo largo de la mañana del jueves, dijo haber recibido mensajes que intentaban condicionar su voto. Al no ceder, quedó claro que habría una ruptura. «No puedo someterme a una agenda que violenta mi fuero legislativo», enfatizó.
Jiménez anunció que se desempeñará como diputada independiente en la 62 Legislatura, tras presentar un oficio a la Junta de Coordinación Política. «Es una decisión congruente», dijo, reiterando su compromiso con temas progresistas, como el matrimonio igualitario y la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Por su parte, la bancada del PRI en Edomex rechazó las acusaciones de coacción. Ana Lilia Herrera, dirigente del partido, afirmó que los priistas votaron con plena conciencia y destacó que el PRI nacional y estatal se oponen a una reforma que «destruye la autonomía del Poder Judicial frente al Ejecutivo».
Este conflicto pone de relieve las tensiones internas dentro del partido, mientras la reforma judicial continúa generando controversia en el ámbito político mexiquense.