En un rincón remoto del Parque Nacional Big Bend, en Texas, un equipo de científicos ha descubierto una nueva especie de planta que ha capturado la atención de la comunidad botánica. Bautizada como Ovicula biradiata, pero conocida popularmente como “diablo lanudo”, esta pequeña planta pertenece a la familia de los girasoles y destaca por su apariencia única y su hábitat extremadamente restringido.
Un hallazgo histórico
El descubrimiento del “diablo lanudo” marca un hito científico, ya que es la primera vez en casi 50 años que se identifica una nueva especie de planta en un parque nacional de Estados Unidos. La última vez que ocurrió algo similar fue en 1976, con el descubrimiento del arbusto Dedeckera eurekensis en el Parque Nacional del Valle de la Muerte.
El hallazgo fue posible gracias a una colaboración internacional entre científicos de la Academia de Ciencias de California, el Big Bend National Park, la Sul Ross State University y el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIDIIR) de Durango, México. El estudio fue publicado en la revista PhytoKeys.
Características únicas
El “diablo lanudo” es una planta pequeña, de apenas 1 a 3 centímetros de altura, con un denso follaje blanco y lanudo que la camufla en el suelo rocoso y árido del desierto. Sus flores, de un rojo brillante, contrastan dramáticamente con el paisaje desértico. Sin embargo, su floración es efímera y solo ocurre después de lluvias ocasionales.
El nombre científico, Ovicula biradiata, hace referencia a sus características únicas: “Ovicula” significa “pequeña oveja” en latín, en alusión a los pelos blancos que cubren sus hojas, mientras que “biradiata” describe los dos pétalos radiales de sus flores. El apodo “diablo lanudo” surgió por su ubicación cerca de un área llamada Devil’s Den (Guarida del Diablo) y la forma de sus pétalos, que recuerdan pequeños cuernos.
Un hábitat frágil
El “diablo lanudo” solo ha sido observado en tres pequeñas áreas del extremo norte del Parque Nacional Big Bend, lo que subraya su vulnerabilidad. Según los investigadores, la planta cumple con los criterios para ser considerada “bajo una alta amenaza de extinción”. Por esta razón, las coordenadas exactas de su ubicación no han sido divulgadas, con el fin de protegerla de posibles daños.
El doctor Isaac Lichter Marck, investigador de la Academia de Ciencias de California y autor principal del estudio, advirtió: “Es posible que hayamos documentado una especie que ya está en vías de desaparición”.
El papel de la ciencia ciudadana
El descubrimiento del “diablo lanudo” no habría sido posible sin la participación de la ciencia ciudadana. Deb Manley, una voluntaria del parque, fotografió la planta en marzo de 2024 y subió las imágenes a la plataforma iNaturalist. Esta acción desencadenó una investigación más profunda que culminó en la identificación de la nueva especie.
Carolyn Whiting, botánica del parque, destacó la importancia de este hallazgo: “Ahora que hemos identificado y nombrado la especie, hay mucho que aún debemos aprender sobre ella”.
Un futuro incierto
A pesar de su reciente descubrimiento, el “diablo lanudo” enfrenta serios desafíos para su supervivencia. Las condiciones extremas del desierto, combinadas con el impacto del cambio climático, podrían amenazar su hábitat ya de por sí limitado. Los investigadores sugieren que la planta calificaría como vulnerable bajo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Además, los científicos están explorando posibles propiedades medicinales de la planta. Keily Peralta, coautora del estudio, señaló que las glándulas presentes en la planta podrían contener compuestos con propiedades antiinflamatorias o anticancerígenas, similares a los encontrados en otras especies de la familia de los girasoles.
El descubrimiento del “diablo lanudo” no solo enriquece nuestro conocimiento de la biodiversidad del Parque Nacional Big Bend, sino que también resalta la importancia de proteger estos frágiles ecosistemas. Esta pequeña planta, con su apariencia única y su historia fascinante, es un recordatorio de que aún hay secretos por descubrir en la naturaleza, pero también de la urgencia de conservarlos para las generaciones futuras.