Este 26 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente, una fecha crucial para recordar la importancia de brindar a las y los jóvenes acceso a información clara y confiable sobre sexualidad, derechos reproductivos y planificación de su futuro. En México y alrededor del mundo, el embarazo adolescente continúa siendo un reto que afecta a millones de jóvenes, comprometiendo no solo su salud física, sino también sus oportunidades de desarrollo personal y educativo.
En México, el embarazo no planificado en adolescentes es un problema complejo, influenciado por factores sociales, culturales y educativos. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), 60 de cada mil adolescentes de 15 a 19 años enfrentaron un embarazo, y una tercera parte de las adolescentes que iniciaron su vida sexual, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, ya habían estado embarazadas.
Durante un evento realizado en el Conalep de la alcaldía Xochimilco, Gabriela Rodríguez Ramírez, secretaria general del Consejo Nacional de Población (CONAPO), destacó que entre 2017 y 2022, México logró una reducción del 30% en la tasa de fecundidad adolescente. Aunque este es un avance significativo, Rodríguez subrayó que aún queda mucho por hacer. La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) busca continuar reduciendo estos números y proporcionar a los jóvenes las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su vida reproductiva y sexual.
Rodríguez señaló que el embarazo adolescente está asociado a una serie de riesgos, como complicaciones durante el parto y mortalidad materna, además de limitar el desarrollo personal de las jóvenes, llevándolas muchas veces al abandono escolar. Es fundamental seguir impulsando políticas públicas que promuevan la educación sexual integral y el acceso a métodos anticonceptivos, así como la orientación para que los jóvenes puedan construir proyectos de vida saludables y productivos.
El fenómeno del embarazo adolescente no es exclusivo de México. Según cifras de la ONU, en 2019 se registraron alrededor de 21 millones de embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años, en países de ingresos bajos y medianos. De esos embarazos, 12 millones terminaron en nacimientos y aproximadamente la mitad no fueron planificados, lo que llevó a que el 55% de ellos concluyeran en abortos.
Las adolescentes, particularmente en edades tempranas, enfrentan riesgos significativos tanto para su salud como para la de sus hijos. Los datos indican que las madres adolescentes tienen mayor riesgo de complicaciones graves como eclampsia, infecciones sistémicas y partos prematuros. Además, sus hijos son más propensos a nacer con bajo peso y a enfrentar complicaciones neonatales graves.
La prevención del embarazo en adolescentes es un tema que requiere atención inmediata. No se trata solo de evitar embarazos no deseados, sino de empoderar a la juventud con el conocimiento y las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su vida. En este Día Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente, el llamado es claro: se necesita seguir avanzando en políticas de prevención, educación sexual integral y acceso a servicios de salud reproductiva para asegurar que las y los jóvenes puedan trazar su propio camino hacia un futuro exitoso.