En México, de los 5.5 millones de empresas que existen, el 99% son micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Sin embargo, quienes se deciden a abrir un negocio enfrentan diferentes desafíos, tanto burocráticos como falta de habilidades digitales y financieras.
De hecho, el 76% de los negocios cierra en los primeros tres años y solo el 11% supera los cinco años, de acuerdo con la Asociación de Emprendedores de México. Entre las principales razones de cierre están la falta de conocimiento del mercado (35.8%), falta de liquidez (31.6%) y mala administración del negocio (27.6%).
Pero, quienes quieren abrir un negocio y ser formales no viven un proceso sencillo, debido al exceso de trámites y falta de acceso a financiamiento.
Aunque constituir una empresa como Sociedad por Acciones Simplificada (SAS) en un día ya es posible, existen otros tipos de sociedades que son más complicados. “Sigue siendo complejo la constitución de las empresas. Ya logramos hacer la Sociedad de Acciones Simplificadas a través de una página, pero tenemos que seguir impulsando de otras formas las asociaciones y la Sociedad Anónima Promotora de Inversión (SAPI), que sean en línea, y eso facilite el proceso de formalización”, comenta Juana Ramírez, presidenta del Consejo Directivo de la Asem.
En el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, que se conmemora el 27 de junio, Denis Yris, director de WORTEV, destaca que la realidad a la que se enfrentan los pequeños empresarios es complicada. Al buscar darse de alta ante el SAT, se requiere más de una cita y el proceso puede alargarse hasta tres meses.
Pero las cuestiones tributarias no son el único desafío. También enfrentan complicaciones cuando quieren abrir una cuenta bancaria empresarial. En el mejor de los casos, en una semana se logra tener la cuenta, pero en otras puede tardar dos meses.
Estas situaciones detienen la continuidad del negocio, ya que no pueden ser proveedores porque no pueden facturar o conseguir inversión porque no hay una cuenta en la que se deposite el financiamiento.
Las mipymes tienen la mayor carga fiscal
En materia tributaria, las mipymes llevan la mayor carga fiscal, ya que pagan más impuestos que las grandes empresas, lo cual disminuye la competitividad.
Por ello, la Asem busca que al menos en los primeros dos años exista más flexibilidad en las responsabilidades fiscales y obrero-patronales, “para darle un respiro a esa primera etapa de consolidación. Sensibilizar los impuestos para disminuir la mortandad en los primeros cinco años”, destaca Juana Ramírez.
Denis Yris coincide en que menos del 20% de las empresas tiene acceso a crédito bancario, porque no cumplen con garantía, estados financieros y otros requisitos. Además, los porcentajes de interés son altos.
“Si no traes buena planeación y un colchón financiero, es complejo emprender en México, de ahí que de cada 10 empresas sobreviva solo una a los 10 años. De hecho, a los cinco años quiebran más de la mitad”, comenta Denis.
Falta de educación financiera
En México, el 33% de los emprendedores inicia un negocio por necesidad. Además de la carga fiscal y la falta de acceso a crédito, se enfrentan a problemáticas propias del negocio, como la falta de un modelo de negocios y educación financiera.
Por ello, los especialistas hacen hincapié en la necesidad de formar a los emprendedores en temas de administración y finanzas, y brindarles herramientas tecnológicas que permitan digitalizar los procesos, para que se dediquen a crecer el negocio.
“Esto ayuda a tener resultados en menos tiempo y tener costos eficientes”, precisa Denis y les da tres recomendaciones a los emprendedores para hacer crecer su negocio:
- Aprende a vender con rentabilidad: Porque si lo haces, evitas que el flujo de caja se caiga y tendrás mayor utilidad.
- Tener un plan: Crear un plan que te ayude a llegar del punto A al punto B permitirá tomar mejores decisiones.
- Evaluar los resultados: Si no se evalúan, no se tiene un monitoreo de dónde se está y no se conocen los errores que se están cometiendo, por lo que es difícil tomar acciones.