CDMX, 21 de febrero del 2022.- Mantener vivas las casi 7 mil lenguas maternas del mundo ha representado un enorme desafío para los gobiernos, pues la pérdida de una de ellas cada dos semanas representa la alarmante desaparición de todo un patrimonio cultural e intelectual.
La reflexión es de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) al conmemorarse los hechos acaecidos en 1952 en Dhaka, cuando el pueblo de Bangladesh celebraba el Día del Movimiento de la Lengua Bengalí, para pedir que el bangla se reconociera como uno de los idiomas oficiales de Pakistán, que en esos tiempos (1952), estaba conformado también por el territorio de Bangladesh.
Sin embargo, los manifestantes fueron atacados por el ejército pakistaní y muchos fueron asesinados, pero el pueblo mantuvo firme su defensa del derecho universal a expresarse a través de su lengua materna.
Medio siglo después, en 1999, a iniciativa de Bangladesh, la Conferencia General de la UNESCO proclamó el Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemora cada 21 de febrero a partir del año 2000, ya que considera que “las sociedades multilingües y multiculturales existen a través de sus lenguas, que transmiten y preservan los conocimientos y las culturas tradicionales de manera sostenible”. No obstante, la diversidad lingüística se ve cada vez más amenazada con un mayor número de lenguas que desaparecen.
Afirma que las sociedades que han comprendido la importancia de las lenguas maternas han alcanzado logros en materia de educación plurilingüe, y la impulsan desde los primeros estudios con el compromiso creciente de que evolucionen a la esfera pública.
En 2022, bajo el lema: “El uso de la tecnología para el aprendizaje multilingüe: desafíos y oportunidades”, la Unesco impulsa un debate sobre el papel potencial de la tecnología para avanzar en la educación multilingüe y apoyar el desarrollo de una enseñanza y un aprendizaje de calidad para todos.
La propuesta compete a México por tener la diversidad lingüística más alta del continente americano y ocupar el quinto lugar global. En la obra Capital Natural de México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad indica que la riqueza lingüística nacional la conforman 291 lenguas vivas, frente a 1,008 en América y 6,912 en todo el planeta. Las lenguas habladas hoy en México representan el 28.9 y 4.2%, respectivamente, del total continental y mundial, según Ethnologue (Gordon 2005), citado por Conabio.
En México, el Censo de Población y Vivienda 2020 registró la existencia de 7,364,645 personas de 3 años y más de edad que hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6% de la población total. Las más habladas son: náhuatl, maya y tseltal.
Estas poblaciones indígenas tienen usos y costumbres propias, formas particulares de comprender el mundo y de interactuar con él. Visten, comen, celebran sus festividades, conviven y nombran a sus propias autoridades, de acuerdo con su concepción de la vida, y un elemento muy importante que los distingue y les da identidad es la lengua con la que se comunican, indica el Instituto Nacional de Geografía y Estadística.
No obstante, según el cuaderno de divulgación Riqueza Lingüística y Biológica de México, del Centro de Capacitación y Educación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu), el idioma español se usa como la principal lengua, mientras que las otras lenguas y sus variantes lingüísticas son relegadas, reduciendo su empleo en ciertos grupos sociales y en lugares acotados.
Cecadesu prosigue: “Las consecuencias han sido, entre otras, que la población originaria se avergüence de hablar su lengua nativa en espacios públicos, el debilitamiento de su identidad, la disolución de sus vínculos comunitarios y el abandono de la lengua al ser cosificada por la ideología dominante que la califica de sistema rústico o inferior que representa atraso y obstáculo para el desarrollo”.
Señala que “la diversidad lingüística es un elemento primordial de la diversidad cultural, y es tan variada y necesaria como la biológica. Ambas son de suma importancia para el ser humano; pero el menosprecio y la franca extinción de una y otra son una constante. La pérdida de las lenguas indígenas va en detrimento de la biodiversidad, porque las lenguas conllevan numerosos conocimientos tradicionales sobre la naturaleza y el universo”.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas indica que en México habitan 70 pueblos indígenas, los cuales hablan más de 60 lenguas distintas al español y viven en todos los estados del país. Destacan por tener una mayor cifra de habitantes: nahuas, mayas, zapotecas, mixtecas, otomíes, totonacas, tsotsiles, tzeltales, mazahuas y mazatecos.
Explica que las tradiciones distinguen a los pueblos indígenas. En la Sierra de Chihuahua los tarahumara o rarámuris, que significa “corredores a pie”, han aprendido a correr kilómetros tras sus presas o para llegar a sus milpas lejanas, mientras los mazatecos o los mayas, pueblos de las selvas tropicales, manejan y protegen cientos de especies diferentes de plantas y animales que viven en su entorno.
Sus territorios contienen una enorme biodiversidad, por lo cual los pueblos y comunidades indígenas son portadores de conocimientos milenarios sobre plantas, animales, agua y clima. Y gracias a su interrelación con los ecosistemas, han aprendido la selección de plantas y animales que han domesticado y adaptado a distintas zonas climáticas.
Cerca del 70% de los territorios indígenas coinciden con zonas importantes para la conservación, el 26.3% corresponde a Áreas Naturales Protegidas (ANP) donde habitan 44 pueblos indígenas que son aliados en la conservación de los recursos naturales y han orientado parte de sus territorios, ya sean privados o comunitarios, como Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación.
También los pueblos indígenas participan en la conservación de las ANP a través de los consejos asesores instalados donde, por medio de una representación, promueven acciones y compromisos como un derecho a la conservación y protección del medio ambiente y de sus tierras.
Revalorar la pluralidad lingüística de México nos debe interesar a todos los habitantes de esta nación, porque podremos también reconocer en esa multiplicidad de voces que las personas hablantes de lenguas maternas han sido las principales protectoras de la naturaleza, pues desde tiempos ancestrales han ocupado los territorios más ricos en biodiversidad.