Gracias al Telescopio Espacial James Webb, un equipo de científicos ha logrado un avance significativo en la búsqueda de exoplanetas con características terrestres, al descubrir una atmósfera secundaria en el planeta ’55 Cancri e’. Ubicado a 41 años luz en la constelación de Cáncer, este planeta rocoso y caliente se ha estudiado intensamente desde su descubrimiento en 2004, pero solo recientemente se han obtenido evidencias claras de su compleja atmósfera.
’55 Cancri e’ es notable por su tamaño, casi el doble del diámetro de la Tierra y con una densidad mayor, cubierto por un océano de magma. Este planeta presenta un lado siempre iluminado y otro en permanente oscuridad debido a su bloqueo por marea, lo que impide que gire sobre su eje. La reciente investigación, publicada en Nature, utilizó técnicas de espectroscopia moderna para analizar la luz y temperatura del planeta, revelando que, contra las expectativas iniciales, su temperatura es de alrededor de 1500 °C, indicativo de una distribución de energía eficiente de su lado diurno a su lado nocturno, probablemente facilitada por una atmósfera rica en volátiles.
La llamada atmósfera secundaria se formó a partir de la actividad volcánica del planeta, un proceso posterior a su creación inicial. Este hallazgo sugiere que ’55 Cancri e’ puede tener características atmosféricas sostenidas a pesar de la intensa radiación y calor de su estrella cercana, lo que podría abrir nuevas vías para entender la evolución de otros planetas rocosos y sus atmósferas.
Este descubrimiento no solo enriquece nuestro entendimiento del universo, sino que también alienta la posibilidad de que otros planetas rocosos puedan albergar atmósferas, ampliando las perspectivas de encontrar vida más allá de la Tierra.