Un equipo internacional de científicos, bajo la dirección de Claudia Marsicano del Conicet en Argentina, ha descubierto en Namibia los restos de un tetrápodo basal gigante que vivió hace aproximadamente 285 millones de años. Este descubrimiento, que será portada en la próxima edición de la revista Nature el 18 de julio, no solo es notable por el liderazgo de una mujer en una publicación tan prestigiosa, sino también por los desafíos que plantea a las teorías existentes sobre la evolución de los primeros vertebrados terrestres.
La nueva especie, llamada Gaiasia jennyae, sugiere que los tetrápodos basales no se extinguieron al final del período Carbonífero como se pensaba anteriormente, sino que continuaron evolucionando en el Pérmico temprano. Además, este hallazgo en un clima templado-frío de Namibia contradice la idea de que estos animales solo se desarrollaron en regiones tropicales y subtropicales.
Este descubrimiento también destaca la adaptabilidad y complejidad fisiológica de los primeros tetrápodos, capaces de sobrevivir y evolucionar en condiciones climáticas severas. Gaiasia jennyae, con un tamaño estimado de cuatro metros, es significativamente más grande que otros tetrápodos basales conocidos, lo que añade otra dimensión fascinante a nuestra comprensión de estos antiguos vertebrados.
Este trabajo no solo ilumina aspectos desconocidos de la evolución temprana de los vertebrados sino que también pone de relieve la importancia de la paleontología en entender la historia de la vida en la Tierra y cómo las especies se adaptaron a diferentes ambientes a lo largo de millones de años.