El pasado 11 de octubre, National Geographic anunció el descubrimiento de restos pertenecientes a Andrew “Sandy” Irvine, un alpinista británico desaparecido durante su intento de conquistar el Monte Everest en 1924. Este hallazgo, realizado en una expedición liderada por el fotógrafo y director Jimmy Chin, podría ser clave para resolver uno de los mayores enigmas del alpinismo.
El equipo de exploración, integrado por cineastas y escaladores como Erich Roepke y Mark Fisher, localizó una bota y un calcetín con la etiqueta “A. C. Irvine” en el glaciar Rongbuk Central, al pie de la cara norte del Everest. Dentro de la bota se encontraron restos humanos, lo que motivó la colaboración con la Asociación de Montañismo China-Tíbet (CTMA) para realizar pruebas de ADN y confirmar la identidad del alpinista.
¿Quién fue Andrew “Sandy” Irvine?
Irvine, un joven de 22 años, participó en la tercera expedición británica al Everest junto al alpinista George Mallory, con la ambición de ser los primeros en alcanzar la cima. Sin embargo, ambos fueron vistos por última vez el 8 de junio de 1924 y desaparecieron en circunstancias misteriosas. Irvine, a pesar de no ser un escalador experto, fue vital en el grupo al mejorar los sistemas de oxígeno, algo crucial para la expedición.
Durante décadas, la historia de Mallory e Irvine ha sido un misterio sin resolver. En 1999, se encontró el cuerpo de Mallory, pero no llevaba la foto de su esposa que planeaba dejar en la cima, ni la cámara Kodak Vest que podría confirmar si ambos lograron alcanzar la cumbre antes que Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953.
Un descubrimiento que podría cambiar la historia
El reciente hallazgo de los restos de Irvine marca un avance significativo para resolver este misterio. El equipo de National Geographic cree que este descubrimiento reduce el área de búsqueda para encontrar la cámara Kodak, cuyo contenido podría reescribir la historia del alpinismo. Kodak ha afirmado que las fotos en blanco y negro podrían mantenerse intactas gracias a las bajas temperaturas del Everest.
Además de esclarecer si Irvine y Mallory llegaron a la cima, el hallazgo brinda la posibilidad de dar un cierre simbólico a la familia del alpinista, después de un siglo de incertidumbre.
El Everest sigue guardando secretos
National Geographic ha decidido mantener en secreto la ubicación exacta del hallazgo para evitar la interferencia de cazafortunas. Sin embargo, la comunidad alpinista espera que este descubrimiento inspire nuevas expediciones y permita, finalmente, resolver el enigma del Everest.