Un fascinante descubrimiento arqueológico ha emergido en el corazón de la Ciudad de México, donde un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha encontrado un canal prehispánico y un muelle que datan de épocas anteriores a la llegada de los españoles. Este hallazgo, realizado bajo la ajetreada avenida Chapultepec, revela una conexión histórica entre la zona y el lago de Texcoco, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la infraestructura acuática de las civilizaciones que habitaron esta región.
El descubrimiento se llevó a cabo durante las obras para un paso a desnivel cerca del paradero de la estación Chapultepec del Metro. Los arqueólogos, liderados por María de Lourdes López Camacho, han identificado varias secciones del canal artificial, que se cree era un «camino de agua» utilizado para el transporte en canoas hacia el lago de Texcoco. Este canal, que presenta un ancho máximo de 1.80 metros, se menciona en el Mapa de Uppsala, datado alrededor de 1550, lo que indica su relevancia histórica.
López Camacho explica que el canal se formó a partir de un río que originalmente corría por el lado sur del cerro y que fue transformado culturalmente en un canal navegable. A medida que avanzó el tiempo, este cauce se convirtió en un caño y, posteriormente, en el acueducto de Chapultepec durante el virreinato.
El muelle descubierto tiene dimensiones significativas: mide 2.50 metros de ancho por 4 metros de largo y presenta un fondo donde se observan las arenas de la playa. Además, cuenta con 40 pilotes de madera colocados transversalmente, lo que sugiere su uso como punto de embarque y desembarque para canoas.
Los materiales encontrados incluyen estacas de abeto y oyamel, y los investigadores planean enviar muestras a los laboratorios del INAH para su análisis. Este tipo de hallazgos no solo es crucial para entender la historia prehispánica de la región, sino que también pone en evidencia la sofisticación de las civilizaciones que habitaron lo que hoy es la Ciudad de México.
Este descubrimiento subraya la importancia del agua en las culturas prehispánicas y cómo estas civilizaciones desarrollaron sistemas complejos para su uso. La existencia de canales y muelles indica una interconexión entre comunidades y recursos naturales que facilitaba el comercio y la movilidad.
La arqueóloga Liliana Márquez Escoto destaca que este hallazgo no solo contribuye al conocimiento histórico sino que también plantea preguntas sobre cómo estas infraestructuras pueden haber influido en el desarrollo urbano contemporáneo.