En el corazón de la barranca del río Santiago, ocultos en la majestuosidad del paisaje jalisciense, se erigen los Atlantes de Colimilla, figuras imponentes de piedra volcánica que vigilan silenciosamente los restos de una presa abandonada. Esta maravilla, situada en el municipio de Tonalá, a tan solo una hora de la zona metropolitana de Guadalajara, ofrece una experiencia única para aquellos ávidos de aventura y fascinados por la historia y la naturaleza.
Los Atlantes de Colimilla, que alcanzan los 4.5 metros de altura, son guardianes de la historia y el patrimonio de la región. Tallados en la dura piedra volcánica, estos gigantes custodian lo que una vez fue una vital presa hidroeléctrica, construida en el siglo XVII. Aunque la presa ya no está en funcionamiento, su estructura y la ingeniería detrás de ella siguen siendo un testimonio de la habilidad y el ingenio de la época colonial en México.
La Barranca de Colimilla no solo es el hogar de estos guardianes de piedra, sino también de paisajes que cortan la respiración, rutas de senderismo desafiantes, y el eco de historias que resuenan entre las ruinas de lo que algunos llaman “el pueblo fantasma”, las casas abandonadas de quienes trabajaron en la presa.
Para los buscadores de misterio, una visita nocturna a los Atlantes de Colimilla promete ser una experiencia escalofriante. Las leyendas locales hablan de luces misteriosas y sonidos inexplicables en la oscuridad de la noche, sumando un aura de misterio a la ya impresionante vista de los gigantes bajo el cielo estrellado.
Antes de emprender esta aventura, se recomienda ir preparado: usa ropa y calzado adecuados para senderismo, protégete del sol, lleva suficiente agua, y mantén precaución cerca del río y en zonas resbaladizas. Es crucial respetar el entorno natural, preservando la flora y fauna del área. Si planeas una visita nocturna, nunca vayas solo y asegúrate de llevar iluminación adecuada.
La Barranca de Colimilla es accesible desde la zona metropolitana de Guadalajara, tomando el Periférico Norte hacia Tonalá y siguiendo la Av. Tonaltecas hasta Colimilla. La ruta hacia los Atlantes de Colimilla comienza en la hidroeléctrica, descendiendo por unas escaleras hacia el reino de los gigantes. Este viaje no solo es un paseo por la belleza natural, sino también un viaje a través del tiempo, revelando capas de historia y leyenda esperando ser descubiertas.