El mango, una de las frutas tropicales más populares y deliciosas, no solo es un manjar para el paladar, sino también un aliado poderoso para la salud. Recientes investigaciones han demostrado que su consumo regular puede tener efectos positivos en la sensibilidad a la insulina, la salud cardiovascular y el equilibrio de la microbiota intestinal, convirtiéndolo en un superalimento con múltiples beneficios.

Mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la resistencia metabólica

Un estudio publicado en la revista Nutrients reveló que el consumo de mango puede mejorar la sensibilidad a la insulina, un factor clave en la prevención de la diabetes tipo 2. En el estudio, 48 adultos con sobrepeso u obesidad fueron divididos en dos grupos: uno consumió mango dos veces al día durante cuatro semanas, mientras que el otro recibió un producto de control.

Los resultados mostraron que quienes consumieron mango presentaron niveles de insulina significativamente más bajos y una reducción en la resistencia a la insulina, medida a través del índice HOMA-IR. Esto sugiere que el mango podría ayudar a regular los niveles de glucosa en sangre y mejorar la función metabólica.

Los investigadores atribuyen este efecto a la activación del gen Nrf-2, que regula la defensa antioxidante del organismo. Esto indica que el mango podría reducir el estrés oxidativo, un proceso relacionado con la inflamación crónica y el deterioro metabólico.

Además de su impacto en la regulación de la insulina, el mango también ha demostrado ser beneficioso para la salud cardiovascular. Un estudio publicado en la revista Applied Physiology, Nutrition and Metabolism encontró que el consumo diario de mango durante ocho semanas estaba asociado con una disminución significativa de la presión arterial y una mejora en los niveles de glucosa después de las comidas.

Estos efectos se deben, en parte, a su alto contenido de potasio, un mineral esencial para la regulación de la presión arterial, y a sus antioxidantes, como los carotenoides y polifenoles, que protegen contra el daño celular y la inflamación.

Promueve la salud intestinal

El mango también es un gran aliado para la salud digestiva. Contiene fibra dietética y compuestos prebióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal. Un estudio demostró que consumir 100 gramos de mango al día durante 12 semanas aumenta la diversidad del microbioma intestinal, lo que contribuye a una mejor digestión y absorción de nutrientes.

Además, sus polifenoles, como el ácido gálico y los galotaninos, tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación en el tracto intestinal y prevenir enfermedades como el cáncer de colon.

El mango no solo es delicioso, sino también una fuente rica en nutrientes esenciales. Por cada 100 gramos, esta fruta aporta:

• 15 g de carbohidratos, de los cuales 13,7 g son azúcares naturales.
• 36,4 mg de vitamina C, un potente antioxidante que fortalece el sistema inmunológico.
• 168 mg de potasio, clave para la regulación de la presión arterial y la función muscular.
• 1,6 g de fibra dietética, que contribuye a la salud digestiva y la regulación del colesterol.
• Minerales como calcio, magnesio y fósforo, esenciales para la salud ósea y metabólica.

¿Cuánto mango se puede comer al día?

Aunque el mango tiene múltiples beneficios, es importante consumirlo con moderación debido a su contenido de azúcares naturales. Según diversos estudios, una cantidad recomendada es de 100 gramos al día (aproximadamente una pieza pequeña), lo que demostró ser suficiente para mejorar la microbiota intestinal y reducir la inflamación.

Para quienes buscan mejorar la salud digestiva, un estudio en personas con estreñimiento crónico encontró que el consumo de 300 gramos de mango al día durante cuatro semanas mejoró la frecuencia y consistencia de las deposiciones. Sin embargo, las personas con diabetes o problemas metabólicos deben consultar a un profesional de la salud antes de incorporarlo regularmente en su dieta.

El mango es mucho más que una fruta tropical deliciosa; es un superalimento con beneficios comprobados para la salud metabólica, cardiovascular y digestiva. Su consumo regular, en cantidades moderadas, puede ser una forma natural y efectiva de mejorar el bienestar general. Así que la próxima vez que disfrutes de un mango, recuerda que no solo estás saboreando un manjar, sino también cuidando de tu salud.