Por Ilian Muñoz
En el corazón de Morelos, a solo 17 kilómetros de la vibrante Cuernavaca, se esconde un rincón mágico que parece salido de un cuento: Tepoztlán. Este pueblo, declarado Pueblo Mágico, es un imán para aquellos que buscan sumergirse en la historia, la cultura y la naturaleza. Imagínate caminando por calles empedradas, rodeado de casas pintadas en tonos pastel, donde el pasado y el presente se encuentran en cada esquina.
Una de las joyas de Tepoztlán es el Ex Convento de la Natividad, un monumento que no solo es una maravilla arquitectónica del siglo XVI sino también un museo viviente. Aquí, la historia de la evangelización se cuenta a través de murales que parecen hablarte mientras paseas por sus pasillos. Pero no todo es historia, el convento te ofrece una vista panorámica del pueblo desde su mirador, perfecto para capturar esas fotos que harán suspirar a tus amigos en redes sociales.
Para los amantes de la aventura, una visita al Cerro del Tepozteco es imperdible. La caminata hasta la pirámide del dios Tepoztécatl no solo es un reto físico, sino también una experiencia espiritual. Al llegar a la cima, la vista de Tepoztlán y sus montañas te dejará sin aliento, literal y figurativamente, mientras sientes la energía mística que muchos atribuyen a este lugar.
La gastronomía de Tepoztlán es otra razón para visitarlo. Los itacates, esas delicias de masa de maíz rellenas de sorpresa, son solo el comienzo. No puedes irte sin probar las tepoznieves, helados artesanales con sabores tan únicos como el de mezcal o mamey, que te harán querer volver por más. Además, si te sientes aventurero, hay restaurantes que ofrecen platos prehispánicos, llevándote en un viaje culinario a través del tiempo.
La cultura aquí es tan rica como su comida. Los fines de semana, el mercado de artesanías se convierte en un festival de colores y tradiciones. Aquí, los chinelos danzan, y si tienes suerte, podrías verlos en acción. Es un espectáculo que te conecta con la esencia misma de México, donde la artesanía no es solo un producto, sino una forma de vida y un legado cultural.
Por último, no olvides que Tepoztlán es un centro de energía y bienestar. Hay sitios para practicar meditación, temazcales y terapias holísticas que prometen renovar tu espíritu. Así que, si estás buscando un destino que ofrezca un poco de todo -historia, aventura, gastronomía, cultura-, Tepoztlán te espera con los brazos abiertos para que vivas una experiencia que no olvidarás.