Ciudad de México, 06 de noviembre de 2023 — La confianza del consumidor mexicano, que venía mostrando un incremento sostenido en los últimos meses, ha experimentado un revés en octubre, tal como lo indican los más recientes datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este cambio sugiere un creciente nerviosismo entre la población respecto a la economía doméstica y nacional.
El Indicador de Confianza del Consumidor (Icc), que sirve como termómetro del optimismo económico de los mexicanos, se situó en los 46 puntos. Esta cifra representa una caída mensual de 0.7 puntos. En un marco más amplio, la comparativa anual muestra una desaceleración de 4.6 puntos frente a los 5.7 puntos registrados en el mes anterior.
Los resultados surgen de la Encuesta Nacional sobre la Confianza del Consumidor que abarcó 2 mil 336 viviendas urbanas a nivel nacional, realizada en colaboración entre el Inegi y el Banco de México (BdeM). El descenso generalizado en la confianza parece estar influenciado principalmente por las perspectivas negativas sobre el futuro económico del país.
Detalladamente, la percepción de la situación económica actual de los hogares apenas decreció en 0.1 puntos con relación al año anterior. Por otro lado, la valoración de la situación económica del país cedió 0.8 unidades, lo que implica una visión más pesimista sobre el estado actual del entorno macroeconómico.
La capacidad de compra de bienes duraderos ha sido otro indicador que refleja una tendencia a la baja con una reducción de 0.8 puntos en octubre, aunque anualmente aún muestra un avance significativo.
Mirando hacia el futuro, las expectativas a 12 meses de la situación económica tanto del hogar como del país también han sufrido una caída mensual, aunque en la comparación anual se mantiene un avance.
De los 10 componentes complementarios utilizados para medir esta confianza, nueve registraron caídas en este último mes, lo que podría interpretarse como una señal de alarma para los responsables de la política económica.
Curiosamente, el empleo, uno de los pilares fundamentales de la confianza económica, se ha mantenido robusto, y la economía mexicana ha continuado mostrando signos de crecimiento. Sin embargo, existe una preocupación palpable de que, hacia el cierre de 2023, se inicie una fase de desaceleración económica que podría extenderse a inicios del próximo año.
Este cambio en la tendencia de la confianza del consumidor podría impactar en las decisiones de gasto de los hogares y, potencialmente, en las estrategias de las empresas y los formuladores de políticas.