Por Juan Pablo Ojeda
Un equipo de científicos de Japón ha logrado un avance significativo en la lucha contra la contaminación por plásticos. Investigadores del Centro Riken y la Universidad de Tokio han creado un nuevo plástico que no solo es tan resistente como los plásticos convencionales, sino que también es biodegradable y se descompone en agua de mar. Este desarrollo se espera que ayude a reducir el problema global de los microplásticos, que dañan la vida acuática y llegan a la cadena alimentaria, afectando incluso la salud humana.
El estudio, publicado en la revista Science, ha sido liderado por Takuzo Aida, quien resume los logros de este equipo de la siguiente manera: «Hemos creado una nueva familia de plásticos fuertes, estables, reciclables, multifuncionales y, lo que es más importante, que no generan microplásticos».
La necesidad de una solución sostenible
A pesar de los esfuerzos previos por desarrollar plásticos reciclables y biodegradables, el problema de los residuos plásticos persiste, especialmente en los océanos. Los plásticos tradicionales, como el PLA (ácido poliláctico), aunque biodegradables, no se descomponen adecuadamente en ambientes marinos, ya que no son solubles en agua. Esto provoca que los plásticos se conviertan en microplásticos, trozos diminutos que afectan la fauna marina, se introducen en la cadena alimentaria y, eventualmente, llegan al ser humano.
Los investigadores han centrado sus esfuerzos en resolver este problema utilizando plásticos supramoleculares, polímeros cuya estructura se mantiene unida gracias a interacciones reversibles. Los nuevos plásticos se fabrican combinando dos monómeros iónicos que forman puentes salinos reticulados, los cuales proporcionan resistencia y flexibilidad sin ser tóxicos ni inflamables. Además, pueden ser remodelados a temperaturas superiores a 120 grados Celsius, lo que los hace comparables con otros plásticos termoplásticos en términos de versatilidad.
¿Cómo funciona este plástico en el océano?
Lo que hace único a este nuevo material es su capacidad de descomposición en el agua de mar. Los plásticos convencionales, aunque duraderos, no se descomponen fácilmente y persisten durante años, generando una acumulación de microplásticos en los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, el plástico desarrollado por los científicos japoneses está diseñado para romper sus enlaces cuando se expone a la salinidad del agua marina, lo que favorece su biodegradación natural.
Este proceso de descomposición no solo podría ayudar a reducir los residuos plásticos, sino que también contribuiría a la regeneración de los componentes del plástico, sin dejar residuos tóxicos que puedan dañar el medio ambiente.
Implicaciones y desafíos
A pesar de los prometedores resultados iniciales, el investigador Joaquín Martínez Urreaga, de la Universidad Politécnica de Madrid, destaca que el desarrollo de este nuevo material es solo el primer paso. “Es una alternativa viable para reducir la contaminación por plásticos en océanos, pero aún queda mucho por hacer en términos de ingeniería y economía para implementar este proceso a gran escala”, comentó en declaraciones recogidas por Science Media Centre España.
Aunque este plástico biodegradable no es la solución definitiva para la crisis de los residuos plásticos, su creación representa un avance importante en la búsqueda de alternativas más sostenibles para reemplazar los plásticos convencionales, que son responsables de una creciente contaminación ambiental.