Tras el paso devastador del huracán Otis por Acapulco, la atención médica en la región se encuentra en una situación crítica debido a la destrucción de infraestructuras y la escasez de suministros médicos. El Hospital Vicente Guerrero, uno de los centros de salud más afectados, ha experimentado pérdidas de vidas humanas y ha visto cómo los escombros caían sobre pacientes que luchaban por recibir atención.
A pesar de estos desafíos, se han implementado medidas urgentes para brindar atención médica a la población afectada. Uno de los principales esfuerzos es la movilización de 132 profesionales de la salud por parte de la Secretaría de Salud. Estos profesionales están ofreciendo consultas médicas y atención psicológica a aquellos que han sido afectados por la tragedia.
Además, se ha desplegado un contingente de ambulancias de cuidados críticos y células hospitalarias móviles para ofrecer atención de primer contacto en áreas donde las instalaciones médicas han sufrido daños significativos. A pesar de estos esfuerzos, la situación sigue siendo difícil y se necesitan con urgencia más recursos para garantizar una atención médica de calidad a la población afectada.
En un esfuerzo conjunto, se están entregando suministros médicos y alimentos esenciales a las áreas más afectadas, tratando de abordar no solo las necesidades inmediatas de atención médica, sino también las carencias básicas que han surgido después del desastre natural.
La magnitud de la destrucción causada por el huracán Otis ha dejado a Acapulco en una situación crítica, y la respuesta humanitaria está siendo crucial para mitigar el sufrimiento de la población. La colaboración entre agencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y profesionales de la salud es esencial para superar estos desafíos y reconstruir la infraestructura de atención médica en la región