Por Bruno Cortés
La política mexicana sigue siendo un terreno complejo, lleno de giros inesperados y, a veces, de enfrentamientos entre quienes defienden lo que consideran justicia y quienes tienen el poder para tomar decisiones cruciales. Esto es precisamente lo que ocurrió esta semana, cuando la diputada Ivonne Ortega Pacheco, coordinadora del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano (MC), se lanzó contra el dictamen que desechó la solicitud de procedencia contra el diputado Cuauhtémoc Blanco Bravo, exfutbolista y actual político.
Ortega Pacheco, conocida por ser una voz crítica y firme, no dudó en cuestionar la manera en que la Cámara de Diputados manejó el caso. La solicitud, que fue presentada por la Fiscalía de Morelos, tenía como objetivo llevar a Blanco Bravo a juicio por presuntos actos de violencia. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la Fiscalía, el Pleno de la Cámara de Diputados desestimó el expediente. Ortega, en un tono desafiante, pidió a la Fiscalía de Morelos, a la gobernadora Margarita González Saravia y a todas las mujeres que se sientan agraviadas por la situación, que no se rindieran y volvieran a presentar una nueva solicitud de procedencia.
El problema, según la diputada, no es solo el hecho de que la solicitud haya sido rechazada, sino cómo se manejó la sesión en la que se votó. Ortega acusó que, en un giro inesperado, el propio Cuauhtémoc Blanco fue autorizado a defenderse en la misma sesión en la que se discutía su posible culpabilidad. Esto, dijo, no solo fue un error, sino una falta de respeto, especialmente por el hecho de que, según Ortega, la presidencia de la Mesa Directiva, liderada por Sergio Gutiérrez Luna, no le permitió a las mujeres que lo denunciaban, ni a ella misma, hablar de manera equitativa. “Es impresionante lo que hemos visto ahorita al ver a las mujeres defendiéndolo y además a un hombre dándole la palabra, la última intervención”, expresó Ortega, con la indignación reflejada en sus palabras.
Pero la historia no termina ahí. Ortega Pacheco dejó claro que no permitirá que el caso quede en el olvido. En su intervención, dejó entrever que buscará que se revise a fondo todo el proceso, desde la Comisión Jurisdiccional hasta la Subcomisión de Examen Previo, y señaló que planea proponer la remoción de los responsables dentro de esas comisiones. “Vamos a revisar toda la actuación y vamos a proponer que se remueva a los que están encargados de esto”, dijo.
Lo que más preocupa a Ortega es que este caso no se quede sin una resolución clara, y que las víctimas, principalmente las mujeres que se han visto afectadas, no sigan siendo revictimizadas. La diputada destacó la gravedad de los actos que se le imputan a Blanco Bravo y llamó a una reacción colectiva, tanto de la sociedad como de las autoridades, para que se haga justicia.
Este episodio es un claro ejemplo de cómo las decisiones en el Congreso no solo afectan a los políticos, sino también a las personas comunes. Las políticas públicas relacionadas con la justicia y el bienestar social tienen un impacto directo en la vida de las personas, y la falta de acción o la toma de decisiones cuestionables puede generar controversia y malestar en la ciudadanía.
El caso contra Cuauhtémoc Blanco sigue siendo un tema candente, y las declaraciones de Ivonne Ortega Pacheco resuenan como una llamada de atención para todos aquellos que, como ella, buscan que la justicia prevalezca sin importar quién esté involucrado. Al final del día, lo que está en juego no es solo la reputación de un político, sino el respeto a los derechos humanos y la lucha constante por la equidad y la justicia en el país.