El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfrenta una creciente presión dentro de su propio partido para reconsiderar su candidatura a la reelección, aunque él ha reafirmado su intención de continuar hasta el final. Ante la posibilidad de que Biden ceda a las demandas y se retire, los demócratas se enfrentan a la urgencia de seleccionar un nuevo candidato antes de las elecciones de noviembre, sin la posibilidad de abrir un nuevo proceso de primarias.
Según los estatutos del Partido Demócrata, la elección del nuevo candidato presidencial debería llevarse a cabo durante la Convención Nacional Demócrata programada del 19 al 22 de agosto en Chicago. En esta convención, los cerca de 3,800 delegados tendrían que nominar al sucesor de Biden, aprovechando los recursos y estructuras ya establecidas por la campaña.
En este contexto, Kamala Harris emerge como la opción más plausible y preparada para liderar la campaña demócrata. Actualmente vicepresidenta, Harris cuenta con una amplia experiencia política como exsenadora y exfiscal general de California. Además, posee fondos considerables de la campaña actual de Biden y goza de mayor favorabilidad en las encuestas que el propio presidente.
«Harris es posiblemente la persona más preparada para tomar las riendas de una campaña que ahora mismo descarrila», afirmó un analista político consultado. «Su capacidad para reunir apoyo rápido dentro del partido es crucial para evitar divisiones en la convención de Chicago».
Sin embargo, otros nombres dentro del partido también se perfilan como potenciales contendientes. Entre ellos se encuentran gobernadores prominentes como Gretchen Whitmer de Míchigan y Josh Shapiro de Pensilvania. Ambos son populares en estados clave del «muro azul», vitales para las aspiraciones demócratas de ganar la Casa Blanca.
El secretario de Transporte de Biden, Pete Buttigieg, quien compitió en las primarias de 2020, también mantiene aspiraciones presidenciales y podría ser considerado para roles estratégicos en la campaña de Harris.
«Si Harris se convierte en la candidata presidencial, el próximo paso sería seleccionar a su compañero de fórmula», explicó un estratega demócrata. «Es probable que busquen un equilibrio con un hombre blanco para complementar la fórmula de una mujer afroamericana».
Entre las opciones mencionadas se encuentran Josh Shapiro, Roy Cooper de Carolina del Norte, y Andy Beshear de Kentucky, todos gobernadores con perfiles que podrían atraer a votantes moderados y equilibrar la candidatura de Harris, originaria de California.
En resumen, mientras Biden enfrenta presiones internas, los demócratas se preparan para un escenario post-Biden que podría redefinir rápidamente el panorama electoral de cara a noviembre, con Harris emergiendo como la figura central en las discusiones sobre el futuro del partido.