Un grupo de importantes empresas alimentarias, como Kraft Heinz, Mondelez y Coca-Cola, enfrenta una nueva demanda en Estados Unidos por diseñar y comercializar alimentos ultraprocesados adictivos, presuntamente responsables de causar enfermedades crónicas en niños. La querella fue presentada el martes ante el Tribunal de Apelaciones de Filadelfia por Bryce Martínez, un residente de Pensilvania que atribuye su diagnóstico de diabetes tipo 2 y hepatopatía grasa no alcohólica, a los 16 años, al consumo de estos productos.
Una demanda inédita
El caso, descrito por el bufete Morgan & Morgan como el primero de este tipo, también incluye a empresas como Post Holdings, PepsiCo, General Mills, Nestlé USA, WK Kellogg, Mars, Kellanova y Conagra. Los abogados de Martínez argumentan que estas compañías han utilizado estrategias deliberadas para hacer que sus alimentos sean altamente adictivos, comparando sus tácticas con las empleadas históricamente por la industria tabacalera.
Alimentos ultraprocesados y su impacto en la salud
Los alimentos ultraprocesados abarcan snacks envasados, dulces y refrescos que emplean ingredientes sintetizados artificialmente o extraídos de alimentos naturales. Diversos estudios recientes los han vinculado con problemas de salud crónicos, como obesidad, diabetes y enfermedades hepáticas. Según el actual comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Robert Califf, estos productos podrían ser adictivos, lo que intensifica las preocupaciones sobre su comercialización, especialmente dirigida a niños.
La demanda presentada por Martínez incluye acusaciones de conspiración, negligencia, tergiversación fraudulenta y prácticas comerciales desleales. En ella se solicita una compensación económica, tanto en concepto de daños compensatorios como punitivos, aunque la cantidad exacta no ha sido especificada.
El caso ha puesto nuevamente bajo escrutinio las prácticas de la industria alimentaria y su impacto en la salud pública. Críticos como Robert F. Kennedy Jr. han señalado que la falta de regulación adecuada por parte de la FDA ha permitido que estas empresas prioricen las ganancias sobre la salud de los consumidores.
Este caso podría marcar un punto de inflexión en cómo se abordan las responsabilidades legales de las empresas alimentarias, abriendo la puerta a futuros litigios en un tema de creciente interés global.