Del silencio al señalamiento: la discriminación LGBTTTI recorre las calles de la ciudad

Aunque la Ciudad de México ha sido reconocida como un espacio progresista y abierto a la diversidad sexual, la realidad cotidiana para muchas personas LGBTTTI en el transporte público dista mucho de ser inclusiva. Las agresiones verbales, físicas y los actos de exclusión se han convertido en parte del trayecto para quienes solo buscan trasladarse con dignidad y seguridad.

El transporte, un espacio hostil

Lo que debería ser un espacio seguro y accesible para todas las personas, se ha convertido para la comunidad LGBTTTI en uno de los principales focos de violencia y discriminación. Usuarios y usuarias han denunciado insultos, empujones, miradas de desprecio e incluso la negación del servicio por parte de operadores de taxis, choferes de microbuses o policías del sistema de movilidad.

Estos actos no son aislados. Están profundamente arraigados en prejuicios sociales que refuerzan la homofobia y la transfobia, exponiendo a esta población a una constante vulnerabilidad y afectando su derecho a la movilidad en igualdad de condiciones.

Las formas de exclusión más comunes

Diversas organizaciones y autoridades han documentado las prácticas discriminatorias que más afectan a las personas LGBTTTI en el transporte público de la capital:

  • Agresiones verbales y físicas por parte de conductores, pasajeros o personal de seguridad.

  • Negación o restricción del servicio debido a la orientación sexual o identidad de género.

  • Comportamientos discriminatorios y burlas por parte de operadores y policías.

  • Estigmatización constante, que pone en riesgo la integridad física y emocional de las personas.

¿Qué se está haciendo?

Ante esta problemática, el Congreso de la Ciudad de México ha emitido un exhorto a la Secretaría de Movilidad (Semovi) para implementar programas de capacitación a operadores de transporte público, con el fin de sensibilizar sobre la diversidad y erradicar prácticas discriminatorias.

Además, Semovi cuenta con canales oficiales para recibir denuncias, e incluso aplicar sanciones que van desde amonestaciones hasta la destitución de los responsables.

Por su parte, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) ha brindado acompañamiento a víctimas, documentando casos que evidencian que la discriminación en el transporte no es la excepción, sino parte del día a día.

El reto: pasar de la tolerancia a la inclusión

A pesar de contar con uno de los marcos jurídicos más robustos en América Latina para la protección de derechos LGBTTTI, la Ciudad de México enfrenta un desafío mayor: convertir la ley en una práctica cotidiana. El simple hecho de abordar un transporte público no debería ser motivo de miedo, pero lo sigue siendo para muchas personas por su identidad u orientación.

Combatir esta realidad implica mucho más que sanciones: requiere una transformación cultural profunda, basada en la empatía, el respeto y la igualdad.

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