Periodista, sindicalista y mujer todo terreno, apasionada en lo que emprende, Adriana Urrea Torres destacó que, de casualidad o suerte, dio el brinco de su labor como reportera del sector financiero a dirigir un sindicato.
Emprendedora, impulsora de la nueva Agencia Mexicana de Noticias (AMEXI), cotinúa sonriente, afable y optimista, a pesar de cuatro años de huelga al frente del SutNotimex, de episodios de persecución, de pérdidas familiares.
Urrea Torres es la nueva cara carismática y joven del sindicalismo mexicano, de trato sencillo, alejada de la imagen de los viejos líderes obreros de la CTM, de los Napitos que viajan a todo lujo en camionetas blindadas, rodeados de guaruras, de aplaudidores y toda la parafernalia que aún prevalece en algunos gremios.
Ella, egresada de Comunicación y Periodismo de la ENEP Aragón de la UNAM -hoy FES Aragón- , viaja en una motocicleta negra, casco rojo, casi siempre de mezclilla, negoció con secretarios de Estado, consiguió apoyos de otros gremios y al final logró, de cuatro de lucha, una liquidación justa para casi un centenar de agremiados del SutNotimex.
En entrevista, dijo que profesionalmente es periodista con proceso de formación complejo, de 20 años de carrera periodística, la gran mayoría en Notimex, y sin ninguna formación como sindicalista a partir del conflicto de despidos injustificados, de violación al contrato colectivo y de huelga en la extinta agencia.
De las finanzas a la calle
Reconoció que vivió un proceso de formación exprés como sindicalista que la llevó de cubrir la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y otras fuentes, a la trinchera sindical sin ninguna experiencia, “a ciegas”.
Pero en un año empezó a asimilar qué era dirigir un sindicato, estar al frente de una huelga y ahí empezó su formación en las grandes ligas del sindicalismo.
“El brinco del periodismo al sindicalismo se da por casualidad, por suerte de que me eligieran a mí como su dirigente. No tenía ningún interés, ni idea del cargo. Se da por la necesidad, la problemática que enfrentábamos en la agencia, por un sentido de justicia natural por todo el acoso y abusos que se estaban dando en Notimex”, recordó la joven dirigente del SutNotimex.
Urrea Torres hace un recuento de los cuatro años de lucha, narra con emoción, con cuidado en cada frase, en cada palabra, los recuerdos, no emana ningún sentimiento de rencor hacia quienes la hostigaron, con sonrisa blanca, franca, expone los momentos más fuertes que le tocó enfrentar.
“Fueron varios momentos. Nunca dije por qué estoy aquí, más bien vamos adelante a resolver esto. Quizás más bien me sorprendí en las cosas que estaban sucediendo”, señaló.
Recordó la pandemia, el contagio y el fallecimiento de su padre, las dificultades económicas que enfrentó con su familia en los primeros meses del conflicto, sus ataques de estrés, del riesgo de ser encarcelada por la persecución instrumentada por Sanjuana Martínez, de quien ni siquiera gasta palabras pronunciar su nombre.
“Yo empiezo a dimensionar cómo es que se usa realmente el poder del gobierno, de las instituciones para atacar a gente que le es incómoda, porque finalmente sólo encabezo un movimiento legítimo para defender al gremio de compañeros en Notimex y había una posibilidad grande de que me pudieran meter en la cárcel”, apuntó.
Respecto a cómo fue recibida por los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Adriana Urrea comentó que los líderes sindicales, a nivel de secretarios generales, siempre le manifestaron todo su apoyo, respaldo, siempre de una manera muy respetuosa.
Sin embargo, anotó, “fue en algunos de sus equipos, los secretarios, tal vez por mi edad, la mayor parte es gente más grande, me veían y aún me ven con recelo; sí hubo cierta discriminación, grilla en ese nivel, porque creo que me veían como amenaza para ellos porque empecé a ganar muchos espacios”.
Urrea Torres reconoció que parte de ese “recelo, de discriminación de que era porque veían que yo, con un liderazgo de pocos meses, años, tenía acceso, por mi formación como periodista, con el apoyo de todos mis compañeros, porque teníamos los contactos, las agendas, para reunirme con secretarios de Estado, con el vocero presidencial, con senadores, con diputados, sin la necesidad de pedirles el favor a esas organizaciones sindicales”.
A pesar de la multiagenda de pendientes, lo mismo la negociación para finiquitar temas pendientes de la liquidación de Notimex, la cooperativa, la consolidación de AMEXI, la cobertura de sus fuentes, lo mismo que la BMV, que marchas y el sector laboral, Urrea no se distrae y responde con atención los cuestionamientos.
“Aquí nos tocó estar y vamos para adelante, tenemos el bono de credibilidad como periodistas, comunicólogos, editores con mucha experiencia, profesionales, con una resiliencia probada de cuatro años, pero sobre todo de personas buenas, solidarias. No tenemos margen para fallar en la creación de una nueva agencia nacional de noticias y no hay margen para el fracaso”, puntualizó.
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