En América Latina y el Caribe registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo. Además, se estima que casi el 18% de los nacimientos en la región corresponden a madres menores de 20 años de edad. Cada año, alrededor de un millón y medio de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz.
Según un nuevo estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Latinoamérica, Colombia, México, República Dominicana y El Salvador son los países con más embarazos de adolescentes.
La alta tasa de embarazo adolescente coloca a México en primer lugar en ocurrencia de embarazos en mujeres de 15 a 19 años dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en 2019 registraron una tasa promedio de 13.7 nacimientos por cada 1 000 mujeres de 15 a 19 años.
Ante esta preocupación y constante aceleración del embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana, UNFPA para América Latina y el Caribe ha realizado el informe Consecuencias Socioeconómicas del Embarazo en la Adolescencia en seis países de América Latina y el Caribe. El Informe presenta los hallazgos en: Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay. Así mismo, Perú lanzó en abril de 2021 su informe de país.
En México la situación no es muy diferente a la de la región. Las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que para el año 2020 habrá 32.6 millones de personas entre 15 y 29 años, lo cual representará el 25.5% de la población total del país.
El país está atravesando por el bono demográfico, periodo donde la población en edades productivas (15 a 64 años), superan en cantidad a las personas económicamente dependientes como los niños (menores de 15 años) y personas mayores (65 años o más).
Durante los últimos años la problemática de una TEFA relativamente alta en América Latina, así como de las consecuencias del EA y la maternidad temprana (MT), han atraído la atención de investigadores y agencias de desarrollo. Entre las múltiples investigaciones que abordan la problemática comienzan a adquirir protagonismo aquellas que consideran variables económicas incluyendo el análisis de los costos, las inversiones e incluso la perspectiva de costo oportunidad.