La historia de la Virgen de Guadalupe es una de las más queridas y veneradas en México y más allá. Pero, ¿sabías que esta devoción tiene raíces prehispánicas que se remontan a Tonantzin, ‘nuestra madrecita venerada’? En este reportaje, exploraremos cómo Tonantzin se convirtió en un título para la Virgen de Guadalupe y cómo esta celebración se ha entrelazado con la historia y la cultura de México.
De Tonantzin a la Virgen de Guadalupe: Un Vínculo Ancestral
Tonantzin, un término náhuatl que significa ‘nuestra madrecita venerada’, era un título de veneración prehispánica utilizado para diosas y madres en la época anterior a la llegada de los españoles. Se asociaba con la fertilidad, la maternidad y la protección. En el cerro del Tepeyac, actualmente un lugar emblemático de la Virgen de Guadalupe, se veneraba a esta deidad femenina.
Tonantzin no era un nombre exclusivo de una sola diosa, sino que abarcaba varias diosas madres del panteón mexica, como Centetótl, Cihuacóatl, Toci y Coatlicue. Además, se usaba coloquialmente para referirse a las madres y abuelas como expresiones concretas de la deidad femenina.
La Aparición de la Virgen de Guadalupe: Un Encuentro Cultural
La aparición de la Virgen de Guadalupe ocurrió poco después de la Conquista de México, y se cree que incorporó elementos de la veneración prehispánica a Tonantzin. La historia cuenta que la Virgen se apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, donde se veneraba a Tonantzin, y le habló en su propio idioma náhuatl.
El Nican Mopohua, un texto en náhuatl escrito por Antonio Valeriano, narra las apariciones marianas en el cerro del Tepeyac. Valeriano, un indígena educado, colaboró con los franciscanos en la investigación de las culturas prehispánicas y dejó un legado importante. El Nican Mopohua fue un puente entre la cultura prehispánica y la cristiana, utilizando palabras metafóricas tradicionales para describir a la Virgen María.
Tonantzin-Guadalupe: Un Vínculo Perdurante
A pesar de los desafíos iniciales y las diferencias de opinión con los franciscanos, el culto guadalupano floreció en México y se convirtió en un símbolo de identidad nacional. Durante la lucha por la independencia, la Virgen de Guadalupe se convirtió en un emblema de unidad y resistencia.
Hoy en día, la dualidad entre Tonantzin y la Virgen de Guadalupe sigue viva en el corazón de México. Para algunos, representa una asimilación cultural, mientras que para otros, es la fusión de lo mejor de dos culturas, un poema de la Flor y el Canto que trasciende el tiempo.