Sinaloa a 10 de diciembre, 2024.- La guerra entre los narcos en Sinaloa sigue calentándose. Esta vez, las autoridades le dieron un golpazo a «Los Chapitos» al detener a dos de sus operadores clave en Culiacán. Y ojo, que uno de ellos tenía planes bien macabros.
Paul Alexander Martínez Barraza y Karla Alejandra Arámbula Castellanos cayeron en manos de las fuerzas federales. Estos dos no eran cualquier cosa dentro de la organización de «Los Chapitos».
Martínez Barraza era el cerebro detrás de una célula de sicarios. Su chamba: abastecer de armas y drogas a la banda. Pero lo más heavy es que este tipo estaba planeando volar edificios públicos en El Dorado con explosivos caseros. ¡Nada más y nada menos!
Por su parte, Arámbula Castellanos era la mano derecha de Martínez Barraza. Se encargaba de mover y vender la droga, además de ser la consentida de los jefazos del Cártel del Pacífico.
Esta detención es solo un capítulo más en la guerra sin cuartel que se vive en Sinaloa desde hace meses. Todo empezó cuando «El Mayo» Zambada cayó en Estados Unidos, y los hijos del «Chapo» Guzmán aparentemente le dieron la espalda.
Desde entonces, Culiacán y otras zonas de Sinaloa se han convertido en un campo de batalla. Tiroteos, explosiones, drones con bombas… la violencia no para. Y es que el Cártel de Sinaloa está dividido en cuatro facciones que se pelean el control del tráfico de fentanilo y metanfetaminas hacia Estados Unidos.
La violencia está afectando duramente a los sinaloenses. Negocios cerrados, escuelas suspendidas, y una economía local que se desangra. Se estima que las pérdidas ya superan los 18,000 millones de pesos, y se han perdido unos 25,000 empleos.
Las autoridades aseguran que estas detenciones son un paso importante para reducir la violencia en Sinaloa. Pero la realidad es que el conflicto está lejos de terminar. Mientras las facciones del cártel sigan peleando por el control, y el negocio del fentanilo siga siendo tan lucrativo, es difícil ver una solución a corto plazo.
Lo que sí está claro es que los sinaloenses siguen pagando el precio más alto en esta guerra sin fin.