WhatsApp es más que una simple aplicación de mensajería; es una herramienta que conecta a millones de usuarios diariamente. Sin embargo, el uso indebido de esta plataforma puede tener consecuencias serias, incluyendo la suspensión temporal o permanente de la cuenta. Este bloqueo se puede deber al empleo de lenguaje inapropiado o al incumplimiento de las normas de convivencia establecidas por Meta, la empresa matriz de WhatsApp.
La aplicación implementa un sistema en el que los propios usuarios son quienes reportan los comportamientos inadecuados. Si un usuario es denunciado, WhatsApp analiza los últimos cinco mensajes enviados en el chat afectado. Aunque la app cuenta con cifrado de extremo a extremo y no accede directamente a las conversaciones, puede tomar medidas basadas en los reportes recibidos.
Además de prohibir el uso de palabras relacionadas con delitos como la pedofilia y la pornografía, WhatsApp también combate comentarios que inciten al odio, la violencia, el acoso o la discriminación. El compromiso de Meta con la seguridad es claro, pero muchos usuarios desconocen hasta qué punto pueden ser vigilados indirectamente por sus propios interlocutores.
Es fundamental entender que la suspensión de cuentas no solo se debe al tipo de lenguaje utilizado. La plataforma también sanciona la promoción de contenido violento, el spam, las estafas y cualquier acto que infrinja derechos de autor. Además, suplantar la identidad de otra persona también puede resultar en un bloqueo definitivo.