La alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) podría estar en una encrucijada, según las evaluaciones de dos destacados miembros del PAN tras la derrota de la coalición en las elecciones del 2 de junio, quienes la consideran un «fracaso».
Damián Zepeda, senador del PAN, y Adriana Dávila, excandidata a la gubernatura de Tlaxcala, expresaron en entrevistas separadas sus dudas sobre la continuidad de esta alianza.
Los números son claros: los tres partidos que conformaron la coalición perdieron votos en comparación con las elecciones de 2018. El PAN perdió 352,031 votantes, el PRI casi dos millones, y el PRD más de 480 mil, este último poniendo en riesgo su registro.
Dávila sugiere una alianza legislativa continua pero cuestiona su viabilidad en los procesos electorales futuros, argumentando que el PAN debería haber hecho campaña con sus propias condiciones. Propone un proceso interno igualitario para la selección del próximo líder del partido, que incluya giras y debates entre los aspirantes.
Por otro lado, Zepeda aboga por una renovación radical, señalando que el partido debe abrirse a los ciudadanos con derecho a voto, recuperar su identidad y romper la alianza con el PRI, que califica como un «fracaso brutal». Advierte que la falta de cambio podría alejar a los ciudadanos que luchan por la democracia y la pluralidad.
Con estas opiniones en juego, la coalición PAN-PRI enfrenta una evaluación crítica de su desempeño y su futuro en el panorama político mexicano. ¿Se mantendrá esta alianza o habrá cambios significativos en el horizonte del PAN? Las próximas decisiones podrían definir el rumbo del partido y su relación con otras fuerzas políticas en el país.