CDMX a 8 de abril, 2024.- El 8 de abril de 2024, México, junto con partes de Estados Unidos y Canadá, tuvo el privilegio de presenciar un fenómeno astronómico espectacular: un eclipse solar total. Este fenómeno, que oscureció brevemente el cielo en una franja de 200 kilómetros de ancho a través de Sinaloa, Durango, Coahuila y Nuevo León, capturó la atención de millones, marcando un momento inolvidable para los afortunados espectadores.
Según información proporcionada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el eclipse alcanzó su totalidad en ciudades como Mazatlán a las 11:09 am, Durango a las 12:14 pm, y continuó su recorrido por Torreón y Monclova, entre otras. Incluso en la Ciudad de México, donde se observó de manera parcial, el fenómeno logró cubrir el 79% del sol a las 12:14 pm, dejando a la capital en una sombra momentánea.
A pesar de la frecuencia con que pueden ocurrir los eclipses solares, la UNAM destaca que es raro que se presenten en forma total, como el observado este año. El último evento similar en México se remonta al 11 de julio de 1991, lo que subraya la singularidad de estos acontecimientos celestiales.
La próxima oportunidad para presenciar un eclipse solar total en México no será sino hasta el 30 de marzo de 2052, según proyecciones de la UNAM. Este futuro eclipse promete ser visible en estados como Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, Nayarit y Aguascalientes, ofreciendo una nueva ocasión para que los mexicanos se reúnan en admiración del cosmos.
Para entender la mecánica detrás de los eclipses, Aldo Armando Rodríguez Puebla, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, explica que estos fenómenos ocurren debido a la interacción gravitacional entre el Sol, la Tierra y la Luna. La particularidad de la órbita lunar, inclinada 5.24 grados respecto de la órbita terrestre, determina la relativa rareza de los eclipses solares totales, convirtiéndolos en eventos dignos de ser presenciados y recordados.
Mientras México aguarda el próximo eclipse solar total, el evento de 2024 permanecerá en la memoria colectiva como un recordatorio de la majestuosidad del universo y la pequeña pero significativa posición que ocupamos dentro de él. Este intervalo entre eclipses no hace más que aumentar la anticipación y el asombro hacia estos espectáculos celestiales, uniendo a generaciones en la contemplación del infinito.