En el gélido invierno de 1925, cuando Nome, Alaska, enfrentaba una epidemia de difteria, un equipo de perros de trineo liderados por Balto y Togo se convirtió en el último recurso para salvar la ciudad. En una carrera contra el tiempo y el clima extremo, Togo recorrió la mayor parte del trayecto, mientras Balto completaba el último y crucial segmento, llevando el suero salvador. Esta hazaña, conocida como la «Gran Carrera de la Misericordia», no solo salvó vidas humanas sino que también puso en el mapa la lealtad y el coraje de estos canes.
En el campo de batalla, los perros también han sido protagonistas silenciosos. Stubby, un pitbull terrier, se convirtió en un héroe de la Primera Guerra Mundial tras salvar vidas al detectar ataques de gas y alertar a los soldados. Su valentía le valió medallas y una promoción a sargento, convirtiéndose en una figura icónica y un símbolo de la relación entre humanos y animales en tiempos de guerra.
No solo en los campos de nieve o de batalla, sino también en el espacio, los perros han hecho historia. Laika, la perra callejera que se convirtió en la primera tripulante animal del espacio, marcó un hito trágico pero significativo en 1957. Su viaje en el Sputnik 2, aunque terminó en su muerte debido a las condiciones extremas, abrió el camino para futuras misiones espaciales con seres vivos.
Los caballos, por su parte, han sido compañeros de guerra y símbolo de poder. Bucéfalo, el corcel de Alejandro Magno, es legendario. Este caballo, conocido por su fiereza y nobleza, acompañó a Alejandro en todas sus conquistas hasta su muerte en la batalla del Hidaspes. La relación entre Alejandro y Bucéfalo es una de las más célebres de la antigüedad, ilustrando la importancia de los caballos en la estrategia militar y la mitología heroica.
En la Revolución Mexicana, Pancho Villa montaba a «Siete Leguas», un caballo que se convirtió en un símbolo de la lucha revolucionaria. Este compañero leal no solo transportaba a Villa a través de los desiertos y montañas de México, sino que también representaba la resistencia y el espíritu de la Revolución.
Durante la conquista de América, los perros y caballos jugaron roles estratégicos. Perros como Becerrillo eran utilizados por los españoles para intimidar y controlar a los pueblos indígenas, demostrando cómo estos animales podían ser armas de guerra. Los caballos, introducidos por los europeos, cambiaron drásticamente la dinámica de combate y la vida cotidiana en el continente, alterando incluso las culturas nativas.
Marengo, el caballo de Napoleón Bonaparte, es otro ejemplo de cómo estos animales moldearon la historia. Participó en varias batallas cruciales, incluyendo Waterloo, y su supervivencia a través de múltiples heridas en combate subraya su importancia y resistencia. Hoy, su esqueleto se exhibe en el Museo del Ejército Nacional en Londres, recordando su papel en la historia militar.
Finalmente, no podemos olvidar la historia de Cher Ami, la paloma mensajera que salvó a 194 soldados durante la Primera Guerra Mundial. Herida en combate, logró llevar un mensaje crucial que permitió a las tropas estadounidenses localizar y rescatar a un batallón aislado, demostrando que incluso las aves pueden ser héroes en la guerra.