18 de septiembre de 2023.-Uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la humanidad a nivel global es la falta de acceso a la atención médica de calidad. Según un informe conjunto del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2017, el 50% de la población mundial no tiene acceso a servicios de salud esenciales. Además, el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas agravan aún más esta problemática.
La población de América Latina y el Caribe (ALC) está experimentando un envejecimiento acelerado. Las estimaciones de las Naciones Unidas indican que la proporción de personas mayores de 60 años en la región aumentará del 11% actual al 25% en los próximos 35 años. Esta tendencia plantea desafíos significativos para la atención médica y el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas y personas de edad avanzada.
Según los últimos datos de la OMS, el 75% de las muertes en la región se atribuyen a enfermedades crónicas, un aumento de casi el 20% desde 1990. Esta creciente carga de enfermedades crónicas ejerce presión sobre los sistemas de salud y aumenta los costos de atención médica, lo que impacta directamente en las finanzas de los pacientes.
Para hacer frente a esta situación, se ha vuelto necesario que la población asuma un mayor costo de su atención médica. Según la OMS, solo seis países de América tienen niveles de gasto directo de las familias en salud por debajo del 20% del gasto total en salud, una cifra que ofrece protección contra el empobrecimiento o gastos catastróficos en salud. En la región de ALC, Cuba lidera la inversión en salud, destinando más del 10% de su PIB, seguido por Estados Unidos con un poco más del 8%. Uruguay y Panamá también están cerca del objetivo del 6% recomendado por la OMS. Por otro lado, Haití y Venezuela son los países de la región que menos invierten, con menos del 2% de su PIB destinado a salud.
Para aliviar la tensión en la atención primaria de la salud y mejorar el acceso, es crucial optimizar los procesos administrativos relacionados con la detección preventiva, la inmunización, las referencias y los sistemas de citas, entre otros. Estas medidas pueden reducir significativamente la carga sobre los sistemas de salud y garantizar un acceso más equitativo a la atención médica.
La crisis global de acceso a la atención médica es un desafío complejo y urgente que requiere la colaboración de gobiernos, organizaciones internacionales y profesionales de la salud para garantizar que todos los individuos, independientemente de su ubicación o situación económica, tengan acceso a servicios de salud de calidad y asequibles.