El número de admisiones hospitalarias por problemas de salud mental en jóvenes ha crecido un 65% en la última década en Inglaterra, lo que resalta la urgencia de una estrategia de prevención eficaz.
Las hospitalizaciones de jóvenes de entre 5 y 18 años debido a problemas de salud mental han pasado de 24.000 en 2012 a casi 40.000 en 2022, según un estudio publicado en The Lancet Child & Adolescent Health. Este incremento es particularmente preocupante si se compara con el aumento del 10% en las admisiones hospitalarias por cualquier otra causa en el mismo período.
Un problema creciente y multifactorial
Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio es que más de la mitad de estas admisiones están relacionadas con autolesiones. Además, el aumento de los casos es especialmente pronunciado en las niñas de entre 11 y 15 años, cuyos ingresos hospitalarios por salud mental se han duplicado en una década. Asimismo, las admisiones de jóvenes con trastornos alimentarios han aumentado en un 514,6%, lo que evidencia un deterioro significativo en la salud mental de esta población.
El doctor Lee Hudson, del University College London (UCL) y autor principal del estudio, señaló que la creciente demanda de atención está presentando serios desafíos tanto para los pacientes y sus familias como para el personal sanitario. «Es posible que no cuenten con un entorno adecuado para esta atención y que el personal necesite más capacitación y apoyo», explicó.
Más allá del impacto de la pandemia
Los investigadores subrayan que el aumento de las hospitalizaciones no se debe únicamente a la pandemia de COVID-19. Aunque la crisis sanitaria exacerbó problemas existentes, el incremento ya era notable antes de 2020. Por ello, se están realizando más estudios para comprender las causas profundas de este fenómeno, que se ha observado también en otros países como Francia, donde los jóvenes han aumentado significativamente sus visitas a servicios de salud mental y el consumo de medicamentos psiquiátricos.
La necesidad de una estrategia preventiva
Expertos como el profesor Eamon McCrory, de la UCL, han enfatizado la urgencia de desarrollar estrategias de prevención más eficaces. «La mejor manera de abordar las enfermedades mentales es intervenir para reducir el riesgo de que se desarrollen en primer lugar», afirmó McCrory, señalando la importancia de un enfoque intergubernamental para abordar el problema.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada siete personas de entre 10 y 19 años en el mundo padece un trastorno mental, siendo la ansiedad, la depresión y los trastornos del comportamiento los más comunes. Esto subraya la necesidad de reforzar los recursos en salud mental y de implementar políticas que promuevan el bienestar psicológico desde la infancia.
El alarmante incremento de hospitalizaciones es un llamado de atención para que gobiernos, instituciones sanitarias y la sociedad en general refuercen los esfuerzos en la prevención y el tratamiento de los problemas de salud mental en los jóvenes.