Un informe impactante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) revela que alrededor de 739 millones de niños, aproximadamente uno de cada tres en todo el mundo, residen en zonas expuestas a una alta o muy alta escasez de agua. El cambio climático amenaza con agravar esta crisis, poniendo en riesgo la vida, la salud y el bienestar de unos 436 millones de niños, ya afectados por servicios deficientes de agua potable y saneamiento.
La doble carga de una disminución de la disponibilidad de agua y servicios inadecuados agudiza el desafío, siendo una de las principales causas de enfermedades prevenibles y muerte entre menores de cinco años. El informe destaca que para 2050, se estima que 35 millones más de niños estarán expuestos a niveles elevados de estrés hídrico.
El documento, lanzado antes de la COP28 de la ONU sobre cambio climático, resalta las tres formas de inseguridad hídrica: escasez de agua, vulnerabilidad del agua y estrés hídrico. Los niños, especialmente en Medio Oriente, el norte de África y el sur de Asia, son los más afectados, enfrentándose a enfermedades, contaminación del aire y fenómenos climáticos extremos.
UNICEF enfatiza la importancia de invertir en agua potable y saneamiento para proteger a los niños del cambio climático y aboga por la inclusión de la infancia en las decisiones de la COP28. La agencia propone acciones concretas, instando a los líderes mundiales a tomar medidas urgentes para garantizar un futuro sostenible para los niños.