En un contexto de creciente preocupación por la seguridad en Morelos, el comisionado de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, ha revelado que el número de grupos criminales en la entidad ha aumentado de 14 a 16 durante su gestión. Este incremento en la actividad delictiva ha ido acompañado de un alarmante repunte en los homicidios dolosos y una intensificación de la presencia de bandas criminales en la región.
En sus últimas declaraciones antes de despedirse de su cargo, Ortiz Guarneros no ocultó su preocupación por la situación actual. Subrayó que la falta de personal policial es uno de los problemas más críticos, con un déficit que ronda los 9,000 agentes. Esta carencia de recursos humanos ha dejado a las fuerzas de seguridad en una situación de desventaja significativa.
Además, el comisionado no escatimó en señalar a la Fiscalía de Morelos como un factor clave en la crisis de seguridad. Atribuyó a la falta de persecución efectiva de delitos y la elevada impunidad como elementos que han agravado la situación en la región. La inacción de la Fiscalía ha contribuido a una sensación de inseguridad y desconfianza entre los ciudadanos, exacerbando los desafíos que enfrentan las autoridades locales en su lucha contra el crimen.
El legado de Ortiz Guarneros deja en evidencia una realidad inquietante para Morelos, que enfrenta un panorama complejo y desafiante en términos de seguridad. La necesidad de una respuesta integral y coordinada para abordar estos problemas es más urgente que nunca, mientras la entidad se prepara para recibir a su nuevo liderazgo en un momento crítico para la estabilidad y la paz pública.